Leonidas Letona Estrada
Escritor
Estos tres niñitos lindos siguen dando “batería” con sus travesuras y sus alegrías. La más grandecita, Alí, ya salió con muy buenas notas, ganando su tercer grado de primaria. A Mateo le toca entrar por primera vez a un colegio en el próximo ciclo. Thiaguito, feliz porque ya tiene experiencia de estar dentro de un círculo de amiguitos en su colegio y ya cumplió el año y sus notas son excelentes. En estas fechas se unieron los tres y siguen dando “batería” les dicen sus adorados Padres.
Mateo no sabe aún qué le espera cuando entre al colegio a estudiar sus primeras enseñanzas a sus tres añitos lindos de su existencia, me imagino que será feliz. Sin embargo, como dije antes, ellos siguen sus travesuras y están a la expectativa de que llegue el 24 de diciembre para gozar a sus anchas de su Navidad, de sus regalos, de sus nuevos trajes y naturalmente del cariño de sus papás, abuelos y su bisabuelo que los quiere como si fueran sus tesoritos para hacerle más alegre a su ya larga vida.
Pues bien, esta vez pasan sus días pre-navideños jugando con sus carritos, sus muñecas, sus juegos de armar y desarmar juguetes, pero su principal diversión es cuidar y dar de comer a “Frida” su perrita diminuta que parece ardillita y ahora su tortuguita, un animalito en miniatura que se llama “Huguita”. Los niñitos le tienden sus manitas y la tortuguita se sube en ellas y les recorre hasta el cuello, se sube a sus almohaditas y se pone a jugar con ellos. Es un animalito muy pequeñito su abuelita les regaló y ellos la cuidan con cariño y esmero.
El 23 de diciembre, Dios mediante, ya tienen preparado el programa para recibir al “señorón” bonachón, amable y sonriente, el que les trae regalos cada año. Un día de estos llega Alí con su mamá y corriendo y tartamudeando de la emoción le dice “mami, mami, el ‘Chino’ ya está terminando de armar el arbolito, vení a verlo está re chulo y lo hizo en la pérgola que está en la terraza de la casa y desde ahí se ven lindos paisajes, la luna, la salida del sol, el vuelo de las palomitas que anidan en el cercano bosque y ahí esperaremos a Santa Claus para ver qué nos traerá y vamos aprovechar para saludarlo y abrazarlo”.
Ya ellos con sus mentes bien despiertas y preparados para el gran acontecimiento, sentaditos en la salita de la casa de uno de ellos y tomando su lechita con panitos calientitos y sabrosos o galleticas de chocolate planificaron su encuentro con Santa Claus: Ali, la más vivaracha por tener 9 añitos dijo, vamos a subirnos a la pérgola y estaremos listos cuando venga nuestro gran amigo en su carruaje y sus hermosos renos. Frida, nuestra perrita ladrará dos veces y entonces alzaremos la vista al oriente y veremos venir al gran mensajero de la navidad. Sí, dijo Mateo, yo le mostraré mi tortuguita y sin duda le gustará y yo, dijo Thiaguito, le daré de recuerdo mis calificaciones del colegio y le agradarán.
Y convinieron que antes de recibir los regalos le agradecerán ese gesto que tiene con los niños del mundo y en su honor y en nombre de ellos lo abrazaremos, lo besaremos con mucho respeto, le ofreceremos algún refresco y agüita dulce para sus renos que vendrán con sed. Y con ese entusiasmo bajaron a cenar con sus padres y antes hicieron una ronda y cantaron dos villancicos uno para el Niñito Jesús que nacerá el 24 de este mes de diciembre en su lindo pesebre que mamá Carmen edificó bajo el arbolito y otro para recibir a Santa Claus que ansiosos no ven la hora de verlo venir ya, como lejano resplandor en el cielo azul de nuestra linda Guatemala.