El acordeonista mexicano Celso Piña. Foto la hora: Felix Marquez/Ap.

Por BERENICE BAUTISTA
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia (AP)

Celso Piña, acordeonista y pionero del vallenato colombiano en México que con su música hizo bailar lo mismo a escritores que rockeros, falleció ayer de un infarto. Tenía 66 años.

La Tuna Group, la compañía discográfica de Piña, informó en un comunicado que el músico mexicano falleció ayer en la ciudad norteña de Monterrey, de donde era originario. “Nos quedamos con un intenso vacío, pero nos deja su gran legado para siempre”, señaló.

El Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez bailó a su ritmo en Monterrey, el director mexicano Alejandro González Iñárritu incluyó una de sus canciones para la banda sonora de “Babel” y el escritor mexicano Carlos Monsiváis lo definió́ como “El acordeonista de Hamelin”.

“No hay quien se resista a la cumbia”, se lee en uno de sus últimos mensajes en su cuenta de Twitter.

Con cerca de 40 años de trayectoria, el estilo del también llamado “Rebelde del Acordeón” se caracterizó por la fusión de géneros como hip hop, reggae, ska, bolero y rock que lo llevaron a escenarios de importantes festivales como el Vive Latino, Rock al Parque, Air Bag Festival y el Festival Internacional Cervantino, entre otros. Se presentó en más de 30 países incluyendo Francia, España, Argentina, Canadá y Estados Unidos.

El deceso fue repentino, Piña tenía programado un concierto para el 30 de agosto en Control Discotec de Arlington, Texas.

Recién el domingo se presentó en el Pilsen Fest de Chicago, un festival dedicado a las artes producidas por mexicanos y latinos en Estados Unidos.

“Para nosotros fue un honor que él estuviera aquí compartiendo con las familias de origen mexicano y con el público anglosajón que vino a celebrar en este festival”, dijo ayer a The Associated Press Frankie Piña, codirectora del festival y quien no tiene parentesco con el acordeonista. “Lamentamos la pérdida y creemos que esta última presentación nos va a llevar a reflexionar un poquito más sobre el papel de las artes en nuestras vidas”.

Previo al concierto, Piña vio al acordeonista ensayando y preparándose con su banda, con mucha tranquilidad.

“Realmente me encantó verlo con esa serenidad”, dijo Piña, quien calificó como excepcional el concierto ante más de 8 mil personas. “Minutos antes de la presentación tomó su acordeón y muy ensimismado comenzó a practicar … yo no pensé que estuviera enfermo, a mí realmente lo que sí me sorprendió fue un estado zen en el que se encontraba y que se haya entregado”.

Originario de Monterrey, la segunda mayor ciudad de México y capital del estado de Nuevo León, Piña creció escuchando vallenatos de los músicos colombianos Alfredo Gutiérrez, Aníbal Velásquez y Aniceto Molina a quienes consideraba sus influencias.

En 1980 lanzó su álbum debut titulado “Ronda Bogotá́”, el mismo nombre de su banda, Ronda Bogotá.

«Soy el pionero, en todo Monterrey, de la música colombiana. Antes de mí, y mi Ronda Bogotá, no había nadie», dijo Piña en entrevista con The Associated Press en 2014 sobre la mezcla de folclor colombiano con la cultura de Monterrey conocida como «Regio Vallenato» de la que fue uno de los más grandes exponentes.

Como muestra del cariño que Piña tuvo por el Nobel colombiano, el músico incluyó la canción «Reyna de cumbias» en su álbum «Acá presente compa» para rendir un homenaje póstumo a García Márquez. La canción era una de las cumbias que más le gustaban al escritor.

Con la banda El Gran Silencio lanzó “Cumbia poder” y con Café Tacvba “Aunque no sea conmigo”, ambas incluidas en su álbum de 2009 nominado al Latin Grammy “Barrio bravo”. Asimismo colaboró con Cartel de Santa, Control Machete y Natalia Lafourcade.

Artículo anteriorFarruko muestra su historia “En letra de otro”
Artículo siguiente«MP descabeza a los de la CICIG»