Nicki Minaj, cantante. Foto la hora: Evan Agostini/Invision/AP.

Por MESFIN FEKADU
NUEVA YORK
Agencia (AP)

Nicki Minaj decidió retirarse de un festival en Arabia Saudí para mostrar su apoyo a las mujeres, a los gais y a la libertad de expresión.

Originalmente Minaj tenía previsto encabezar el concierto del 18 de julio.

En Arabia Saudí, la segregación de género entre hombres y mujeres solteros todavía es obligatoria en muchos restaurantes, cafeterías, escuelas públicas y universidades, pero otras leyes se han suavizado y las mujeres ahora pueden conducir y asistir a eventos en estadios deportivos.

El Jeddah World Fest, que de acuerdo con las leyes saudíes está libre de alcohol y drogas, está abierto a personas de 16 años en adelante y se realiza en el Estadio Deportivo Rey Abdulá en la ciudad de Yeda a la orilla del Mar Rojo. Entre otros artistas en el programa se encuentran el exintegrante de One Direction Liam Payne y el DJ y productor Steve Aoki.

Human Rights Foundation emitió un comunicado la semana pasada exhortando a la rapera y a otros artistas a retirarse del festival. El martes, la organización con sede en Nueva York elogió la decisión de Minaj de no presentarse en el concierto.

En los últimos meses el reino ha recibido a Mariah Carey, Enrique Iglesias, los Black Eyed Peas, Sean Paul, David Guetta y Tiesto. Es un cambio radical a cuando la policía moral local hacía redadas en establecimientos que tocaban música a alto volumen.

Los organizadores saudíes dijeron que el Jeddah World Fest será transmitido globalmente. El reino también ha prometido otorgar rápidamente visas electrónicas a visitantes internacionales que quieran asistir.

El año pasado Arabia Saudí tuvo cambios profundos como resultado de las reformas implementadas por el príncipe heredero Mohamed bin Salman, incluyendo la apertura de su primer cine y la abolición a la prohibición a que las mujeres condujeran, la única de su tipo en el mundo.

En diciembre de 2018, mujeres, algunas sin pañuelos en la cabeza, manejaron hasta una carrea de la Fórmula-E donde miles de jóvenes saudíes y cientos de visitantes internacionales celebraron con conciertos en la noche. El espectáculo habría sido inimaginable hasta hace poco en el ultraconservador reino donde la policía religiosa solía mantener la segregación estricta y reprendía a las mujeres por no cubrirse el cabello.
Pero las reformas tienen un límite duro, como reveló el asesinato del periodista y escritor saudí Jamal Khashoggi a manos de agentes cercanos al príncipe heredero en octubre y la reportada tortura de varios activistas por los derechos de las mujeres que están detenidos. Aunque el espacio para los espectáculos se está ampliando, la esfera para la participación política y el disenso ha desaparecido prácticamente.

El príncipe de 33 años, con el apoyo de su padre, el rey Salman, preside una nación donde decide por sí solo el ritmo y la profundidad de los cambios.

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