Patrick Page, a la izquierda, y Reeve Carney durante una función del musical "Hadestown", dirigido por Rachel Chavkin. Foto la hora: Matthew Murphy/DKC O&M Co. /AP.

Por JOCELYN NOVECK
NUEVA YORK
Agencia (AP)

En uno de los momentos más impactantes y memorables del musical “Hadestown”, el recuento de Anais Mitchell del mito de Orfeo y Eurídice nominado a más de una decena de premios Tony, Hades canta: “¿Por qué construimos el muro, mis niños?”

“Construimos el muro para mantenernos libres”, le responden sus seguidores en el inframundo. “¿Cómo nos mantiene el muro seguros?”, pregunta él. “El muro mantiene fuera al enemigo”, ellos le contestan.

Cada noche “pueden sentirse los escalofríos en la audiencia”, dijo la directora Rachel Chavkin. Y no es sólo por la profunda voz del actor Patrick Page; es porque muchos asistentes asumen que la canción, titulada “Why We Build the Wall” (Por qué construimos el muro) es una referencia muy moderna y política al presidente Donald Trump y su plan de construir un muro en la frontera con México.

De hecho, no lo es. La cantautora Mitchell escribió el tema en el 2006, una década antes de que Trump fuera elegido. Y, señaló, ha tenido distintos significados para distintos públicos durante su largo recorrido de un proyecto teatral comunitario a un álbum conceptual a un espectáculo off-Broadway a un favorito al Tony, con una impresionante cifra de 14 nominaciones. La gala de premiación es el domingo.

Mitchell dijo que escribió la canción muy rápido. Fue uno de los primeros números que creó para “Hadestown”, y pronto se convirtió en una favorita en los pequeños establecimientos de Vermont donde la interpretaba.

Debido a que el espectáculo se basa en un mito, Mitchell quiso que la canción fuera “mítica, metafórica, arquetípica”. Pero estaba pensando en muros también. El Muro de Berlín. La Gran Muralla de China. Incluso, dijo, las comunidades cercadas.

En “Hadestown”, que coloca el conocido mito griego en un ambiente de jazz en Nueva Orleans, Hades de hecho es un magnate acerero, buenmozo e impecablemente vestido en un traje de tres piezas. Su inframundo amurallado es un pueblo fabril donde los empleados realizan labores mecánicas que carcomen el alma a cambio de una seguridad económica. ¿El enemigo? La pobreza y el hambre.

Pero la canción de pronto adquirió un nuevo significado cuando Trump se lanzó a la presidencia y comenzó a proponer en sus mítines un muro que separe a Estados Unidos de México.

De hecho, dijo Mitchell, la coincidencia llevó al equipo creativo a considerar hacer aún más obvia esa conexión.

“Pensamos, ‘Guao, ¿será que debemos adaptarlo de algún modo para hablar más directamente sobre la situación política actual?’”, dijo. Pero decidieron no hacerlo porque la imagen de un líder invocando un muro era “mucho más antigua y grande” que una elección moderna.

Y aunque el espectáculo se mantuvo al margen de la política actual, Mitchell sí escribió un ensayo publicado por el Huffington Post el día antes de las elecciones en el que dijo que cualquier parecido con Trump era pura coincidencia y que “todos conocemos el arquetipo del jefe/rey del inframundo cuando lo vemos. No lo elijamos presidente”.

El musical se presentó en Edmonton, Canadá, y en el Teatro Nacional de Londres antes de llegar finalmente a Broadway. En cada lugar, la reacción del público a la canción se sintió un poco diferente, dijo Page, un veterano de Broadway nominado a su primer Tony por “Hadestown”.

El actor sintió una reacción más sobria y seria de la audiencia durante su paso por Canadá a finales del 2017, cuando Trump ya era presidente. Luego en Gran Bretaña, dijo, “fue distinto también, porque ellos están pasando por su propio tipo de muro virtual con el Brexit”, que describió como “amurallar al país del resto del mundo”.

Mitchell siente que parte del poder de “Why We Build the Wall” no sólo se debe a la “aterradora” interpretación de Page, que casi parece un gruñido, sino a la austera puesta en escena de Chavkin.

Y no sólo “Why We Build the Wall” evoca paralelos con la actualidad, dijo Mitchell. “Hey Little Songbird”, interpretada por Hades para atraer a Eurídice esencialmente en una transacción sexual, tuvo una resonancia aún más espeluznante a la luz del movimiento #MeToo contra la violencia sexual a finales del 2017.

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