Candi Yajaira Ventura López
Profesora en Enseñanza Media en Literatura y Premio Editorial Universitaria de Poesía «Manuel José Arce» 2017
La lectura desde la etapa más pequeña de una persona es imprescindible, he creído desde hace mucho tiempo que la base de la sociedad debería ser la escuela, no la familia. Entiendo que es una aseveración extraña, ya me ha generado discusiones y acercamientos con otras personas dedicadas a la docencia que regularmente están en contra, porque dicen que el orden no puede modificarse; sin embargo, el presente es claro: estamos como estamos porque la idea de familia es corta, viciada e impositiva.
Los docentes tenemos una ardua tarea, no podemos limitarnos al conocimiento porque con quienes trabajamos son humanos y esos humanos sienten, si el docente quisiera, puede armar cosas nuevas para que esos estudiantes luego sean buenos ciudadanos, buenos padres y entonces la familia y por consecuencia la sociedad sería mejor, pero es un trabajo conjunto, y para ello todos tendríamos que ser conscientes de lo mal que estamos.
Con La Caja de crayones de Aby, veo una dinámica que no debería olvidarse nunca: el arte; todos nacemos artistas, es el sistema el que nos sumerge poco a poco en un mundo mecánico, no nacemos siendo parte de la gran máquina, me niego a creerlo. El hecho de que Aby, baile y entonces sus crayones también lo hagan… es solo un eslabón del engranaje de magia de la que son capaces los niños, los crayones de Aby hacen al lector crítico también, porque hemos asociado colores a emociones y a circunstancias, muchas veces injustas como también a nosotros nos pasa en el diario vivir. Somos tan diversos, y los crayones también nos lo recuerdan.
La caja de crayones de Aby, es un libro humano, que nos recuerda que somos humanos y estamos frente a niños y niñas que no quieren ser mecánicos como nosotros.