Karla Olascoaga
Escritora

Felicidad
Para Rodrigo, 23 años después.

Después de tanta búsqueda vana
de tanto fingir alegría
de tanta gratitud a amores mezquinos
después de afrontar las soledades
de fabricar soles de mentira
de tanta palabra y gesto
después de tanta vida
y de tanta confusión medianera

Después de tanto desatino
después del miedo, del vacío
después de las circunstancias
de mi ausencia en tus silencios, en tus dudas
después de mis faltas, mis letanías…

Después de tantos perdones obligados
después del dolor acumulado
de tanto rencor innecesario
de tanto portazo en las narices
de tantos errores irreparables
de tanta deuda de tiempo arrebatado

Después de pertenecer al sinsentido
de tanto alzar la voz en el silencio
después de ti, hijo,
la felicidad existe
y se oculta en tus ojos profundos,
en tu esencia cálida,
y en esa hermosa sonrisa,
alquimia perfecta del amor humano.

Asentándome

Pensamientos oscuros
me invaden
y pugnan por salir como aguaceros.
Esta vez los convoco ante mí
e inmisericorde, contemplo sus contornos,
puedo observarlos,
tocarlos y decirles adiós con esa serenidad
que poco me ha acompañado en esta vida.

Voy preparando un viaje
el más corto y más difícil,
el viaje hacia esa luz que todos nombran
y nadie conoce.

Voy asentándome,
acomodando las alas cansadas
para volar.

En pausa

Sentada
en pausa
veo a cada quien
cargando su lastre
su historia a cuestas
o su esperanza muerta

Sentada
veo el sorteo sin premios,
la vida
confusa y a veces dulce

Sentada
yo también escondo mi lastre
mi block de hojas arrancadas
yo también uso antifaces de colores
y cargo mi cruz junto a esa risa que espanta pesadillas

Sentada
en reposo
veo a través del prisma
una verdad a medias
una mentira
un sueño,
una nada.

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