Berlín
Agencia (dpa)

La colección de arte de Cornelius Gurlitt, controvertida por su pasado nazi, se puede ver ahora por primera vez en Berlín con un nuevo enfoque donde se acercará al visitante tanto al considerado por los nazis como «Arte degenerado» como al robo de arte a manos de los hombres de Adolf Hitler.

Después de dos exposiciones individuales en Berna y Bonn, el Museo Martin-Gropius-Bau de Berlín presentó hoy la muestra «Inventario Gurlitt».

Todas las obras fueron descubiertas en 2012 entre los más de 1 mil 500 cuadros que el octogenario guardaba en su apartamento de Múnich y en una casa que poseía en la ciudad austríaca de Salzburgo.

Obras de pintores famosos como Monet, Cézanne, Renoir, Dix, Nolde o Beckmann integraban esta colección, que Cornelius Gurlitt había heredado de su padre, Hildebrand Gurlitt, uno de los marchantes de arte de Adolf Hitler que se encargaba de vender a cambio de divisas las piezas vanguardistas que, en opinión del dictador, deberían ser vilipendiadas.

Poco antes de que en mayo de 2014 muriera a los 81 años, Gurlitt declaró al Museo de Berna único heredero de la colección que había mantenido oculta toda su vida. Su prima Uta Werner recurrió la validez del testamento, argumentando que no estaba en posesión de sus facultades mentales cuando lo redactó.

Sin embargo, más tarde, la Justicia alemana dictaminó que el testamento era válido y el museo suizo pasó a ser el legítimo dueño de la colección.

El grupo de investigadores que estudia la espectacular colección de arte de Cornelius Gurlitt ha identificado hasta el momento seis obras de arte que fueron expropiadas a sus dueños por los secuaces de Hitler y que ahora el Gobierno alemán se ha comprometido a devolver a sus legítimos propietarios.

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