Harold Soberanis
Académico universitario

En 1486, Giovanni Pico della Mirandola, a la sazón de 23 años, publicó en Roma su célebre texto titulado “Conclusiones filosóficas, cabalísticas y teológicas”, también conocido como Las 900 tesis. Con dicha obra su autor pretendía demostrar que el cristianismo era el punto de encuentro de antiguos saberes de la humanidad tales como: la filosofía griega, la astrología, la cábala y la magia. Además, en esta obra quedaba plasmada, según él, la verdadera naturaleza del cristianismo.

Dotado de una precoz inteligencia y una memoria excepcional, Pico della Mirandola desarrolló su labor intelectual durante el Renacimiento, bebiendo lo mejor de esta época. Luego de publicar su obra, Pico della Mirandola deseaba defender cada una de las 900 tesis frente a los hombres más sabios de su época. Como respuesta solo consiguió el rechazo y condena de algunos teólogos que, como sucede en todos los tiempos con aquellos que se creen dueños de la verdad y ven en todo librepensador una amenaza a sus intereses, condenaron su obra por considerarla una herejía. De esa cuenta, el filósofo fue perseguido y encarcelado, aunque, gracias a la intervención de algunos de sus amigos, pudo quedar en libertad.

Luego de trasladarse a Florencia, conoció a Girolamo Savonarola, quien le contagió de un intenso fervor religioso que le llevó a repartir todos sus bienes y entrar a la orden de los dominicos, lo cual no impidió que en 1494 fuera envenenado, según se sospecha, por su propio secretario.

Como introducción a su famosa obra, Pico della Mirandola escribió un breve discurso titulado Discurso sobre la dignidad del hombre, (Oratio de hominis dignitate) donde resalta el papel que el ser humano tiene dentro de la creación y la razón por la que es la criatura superior y más noble de todas cuanto existen. Según este célebre humanista, lo que hace que el hombre sea superior a todo lo creado es su dignidad, la cual deriva de su capacidad intelectual. Dado que somos seres racionales y libres, somos dignos.

En la actualidad, aunque el contenido de las Conclusiones o 900 Tesis no se ha olvidado, es su introducción, el Discurso sobre la dignidad del hombre, la que sigue llamando la atención y despertando admiración entre los estudiosos gracias a su contenido humanista y la exaltación de todos aquellos valores profundos que hacen del hombre el ser especial que es.

Tal admiración acaso también se deba a que sus páginas conservan un alto valor literario, a la vez que son un fiel reflejo del pensamiento humanista del Renacimiento. Dicho humanismo es el mismo que ha servido de inspiración a filósofos y pensadores que a lo largo de la historia han resaltado la importancia del reconocimiento de los derechos humanos como condición a priori para la construcción de una sociedad diga y justa para todos.1

Tanto la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano (Déclaration des droits de l’homme et du citoyen) aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente de 1789, resultado de la Revolución Francesa, como la Declaración universal de los Derechos Humanos que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó en 1948, después de la Segunda Guerra Mundial, se inspiran de alguna manera, en la obra de muchos pensadores renacentistas y, por supuesto, en la de Pico della Mirandola. Esto demuestra la vigencia de este maravilloso texto no solo por su contenido, sino también por su importancia filosófica, pues se plasma en él lo mejor de aquel humanismo renacentista cuyas raíces se hunden en la más profunda y rica tradición filosófica que ve en el hombre un ser digno.

Pico della Mirandola piensa que la dignidad del ser humano deriva no tanto por ser hijo de Dios, sino por su capacidad intelectual. Sigue pues afirmando, como muchos pensadores renacentistas hicieron, de que el ser humano es el centro de la creación, aunque no por su origen divino sino más bien por su naturaleza intelectual.

Gracias a esa capacidad intelectual, el hombre es un ser libre que puede discernir entre el bien y el mal lo que le hace superior a cualquier otro ser. Gracias a esa naturaleza intelectual y deductiva, el hombre conoce. La filosofía es el camino que naturaleza cognoscente del hombre utiliza para acercarse a Dios.

Pico della Mirandola imagina que Dios creó el universo y todo cuanto existe, como una sucesión donde los ángeles se fueron combinando hasta convertirse en hombres. Por eso la esencia humana está a medio camino entre lo mundano y lo divino. Empero, gracias a su intelecto y a su libertad, el hombre puede elevarse hasta alcanzar a Dios o degradarse hasta compararse con los animales.

En este proceso la filosofía se convierte en el instrumento por medio del cual el hombre se libera de esa cadena de creación divina y se convierte en un ser libre. El hombre se hace dueño de su propio destino, asume el control de su existencia y gracias al cultivo de la filosofía alcanza la libertad. En esto reside precisamente su dignidad.

Ahora bien, según Pico della Mirandola, dado que el hombre es libre y utiliza su intelecto como mejor le parece, ha ido creando muchas “filosofías” lo que ha provocado diferencias entre los hombres. Así pues, que la tarea que el mismo Pico della Mirandola se impone, es la de encontrar o construir una sola filosofía que reúna, si eso es posible, lo mejor de todas aquellas tradiciones que han buscado hacer del hombre un ser bondadoso y bueno. Tarea por demás ambiciosa e imposible pero que no es obstáculo para un espíritu inquieto e indagador como el de Pico della Mirandola.

Hoy las 900 tesis no pasan de ser la curiosidad intelectual de una mente privilegiada como la de su autor. Empero, su introducción, el famoso Discurso sobre la dignidad del hombre, sigue manteniendo su vigencia y aún inspira a aquellos pensadores que defienden la dignidad humana como el fundamento esencial sobre el que se debe construir una sociedad más justa e igualitaria, rechazando todo intento por manipular y denigrar a todos los hombres y mujeres que habitan este planeta.

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1 Aunque no es el primer escrito que exalta el papel del ser humano dentro de una posible creación divina, pues muchas culturas poseen textos de esa índole, la importancia de la obra de Pico della Mirandola reside, a mí juicio, no sólo en su calidad literaria, que ya de suyo lo convierte en un modelo a seguir, sino también en el hecho de que refleja fielmente el espíritu humanista del Renacimiento, el mismo que servirá de inspiración a muchas de las escuelas filosóficas occidentales que vendrán después.

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