Brunswick (Alemania)
Agencia (dpa)

Cumpliendo a la perfección con el precepto de que el arte debe ser provocador, el creador Julian Hetzel ha descolocado a la opinión pública alemana con una performance en la que utiliza jabón elaborado con grasa humana.

En el marco del festival «Theaterformen», que se celebra en la ciudad de Brunswick (centro de Alemania) hasta el próximo 17 de junio, el artista firma una instalación en la que durante una hora guía al visitante por una tienda.

La particularidad del proyecto «Schuldfabrik» (fábrica de culpa en su traducción al castellano) radica en que los jabones que se presentan han sido fabricados con grasa humana. En teoría, los lípidos utilizados para confeccionar las pastillas provienen de quirófanos donde se han llevado a cabo operaciones de estética (liposucciones) para retirar algunos kilos de más.

La adquisición de uno de los jabones, explica el artista alemán de 37 años, le permitirá al visitante redimirse de culpa porque el dinero recaudado por la venta de los productos será donado para la construcción de fuentes de agua potable en África.

Hetzel ya había montado esta instalación en Austria y en Holanda pero esta es la primera vez que lo hace en su país natal. En Alemania, el proyecto ha sido recibido con grandes reservas. Muchos no dudan en criticarlo porque les recuerda a la sanguinaria época del Holocausto, cuando científicos de la Alemania nazi habrían experimentado en campos de concentración y exterminio con jabón hecho de restos humanos.

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