Por BERENICE BAUTISTA
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia (AP)
A sus 80 años, el compositor estadounidense Philip Glass mantiene viva la pasión por la música, misma que lo ha llevado a subir nueve veces la montaña sagrada de la etnia wixárika de México, con la que llegará este fin de semana al Palacio de Bellas Artes.
“Sentado en mi casa en Nueva York nunca lo habría hecho, hay que salir”, dijo Glass ayer en conferencia de prensa en la Ciudad de México. De hecho, dijo, su primer ascenso a la montaña sagrada de los wixárika, ubicada en el estado de San Luis Potosí, lo hizo acompañado por músicos que fueron tocando todo el tiempo para él.
El antropólogo y escritor Víctor Sánchez fue una de las personas que lo puso en contacto con los wixárika tras conocerlo en la serie de conciertos “Philip on Film”, presentados en 2002 precisamente en Bellas Artes.
Sánchez lo llevó a comunidades de estos indígenas para que viviera su música y el canto de los marakaames (chamanes) a través de caminatas en la sierra y noches bajo las estrellas.
“A menudo los músicos indígenas tienen que tocar música que no es indígena para que los escuchen… Ellos no se cambiaron ni a otra cultura ni a otra música, sino que se quedaron en la suya por sí mismos, pero al hacerlo salvaron un tesoro para nosotros”, dijo Sánchez. “Para mí esto es una victoria de la cultura indígena de México, que llegue a este foro”.
Glass explicó que comenzó a adentrarse en la cultura wixárika en busca de “la música que viniera del alma y el corazón de la gente mexicana”.
Hoy y el domingo, Glass estará acompañado en Bellas Artes, el escenario más prestigioso de México, por el cantante Daniel Medina de la Rosa, intérprete del raweri, o violín wixárika, y su hijo Erasmo Medina Medina, especialista en el kanari o guitarra wixárika.
Juntos estrenarán en el país la “Sinfonía 7, Tolteca” que compuso Glass y será interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la dirección de Michael Reisman, compatriota y amigo del músico.
La sinfonía, estrenada a nivel mundial en 2005 por encargo de la Orquesta Sinfónica Nacional de Estados Unidos, está compuesta por los movimientos “El maíz”, “El Hikuri (Raíz sagrada)” y “El venado azul”, nombres de la trinidad sagrada de los wixárika.
Además interpretarán “HIKURI, el cacto sagrado”, con letra y voz de Medina de la Rosa y arreglos y piano a cargo de Glass.
El compositor definió su formación como “europea”. Estudió en la Universidad de Chicago y la prestigiosa escuela de artes Juilliard de Nueva York, así como en París en la década de los 60. Por eso incluso él encuentra difícil explicar cómo ha logrado compaginarse con los músicos wixárika.
“Ha sido un aprendizaje continuo de la música de la gente con la que colaboro. No hay una guía, requiere tiempo, los primeros intentos fueron eso, el comienzo”, dijo. “Nos llevó años, pero con el tiempo hemos llegado al punto en el que Daniel (Medina) me dijo que cree que ya estamos tocando juntos”.
Glass, quien lleva 25 años visitando México, señaló que desde que era veinteañero estuvo interesado en músicas muy diversas, como la africana y la australiana.
“Lo curioso es que es la música de México es con la que más recientemente me he relacionado, después de tanto problema y de viajar tan lejos estaba ahí a la puerta de al lado”, apuntó.
Su llegada a Bellas Artes pondrá una nota alta a los festejos por su cumpleaños 80 iniciados en 2017.
El programa del domingo y hoy, también incluye “Days and Nights in Rocinha”, un homenaje a la famosa favela brasileña y contará con la participación del Coro de Madrigalistas y Solistas Ensamble del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Mañana, Glass tendrá una presentación con el Cuarteto Latinoamericano, la soprano Olivia Gorra, el pianista James Demster y la participación del actor Diego Luna en la lectura del texto “Wichita Vortex Sutra”, con las percusiones de Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman.
Juntos interpretarán piezas de la emblemática obra de Glass, “Metamorphosis”, inspirada en la “La metamorfosis” de Franz Kafka, de la cual presentarán las partes dos, tres y cuatro; “Etude núm. 2”, otra pieza inspirada en Kafka; el “Cuarteto para cuerdas núm. 5”; “Etude núm. 10” y el ciclo vocal “Songs from Liquid Days”.
Glass, nacido en Baltimore en 1937, se dijo honrado de poder hacer una ofrenda a la cultura mexicana en Bellas Artes.
“Me siento la parte menos importante de esto, sólo tenía las ideas de hacerlo y toda esta gente está involucrada”, apuntó. “Estos son músicos de clase mundial. Estoy extremadamente complacido con sus interpretaciones, no podrían ser mejor”.