Miguel Flores Castellanos
Doctor en Artes y Letras

Esta interrogante lanzada en un post de Facebook por el artista hondureño Adán Vallecillo, se refería a la no realización de la Bienal de Artes Visuales del Istmo Centroamericano (BAVIC). La iniciativa cuya primera edición fue en Guatemala (1998), organizada por la Fundación Paiz, parece que llegó a su fin. No existe un comunicado oficial. Es por eso que los diferentes posts que siguieron a la pregunta de Vallecillo brindan una información desde las entrañas de los participantes.

El contexto cultural en que nace esta iniciativa a finales del siglo pasado, coincidía con el ímpetu e interés por el contacto e intercambio cultural entre los países de América Central. Costa Rica con su Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) se convirtió en la Meca del arte de la región, un fastuoso lugar de consagración.
Cabe destacar que, de todos los países centroamericanos, solo Costa Rica, Panamá y El Salvador tienen instalaciones para una exposición de envergadura como una bienal de estas que acoge un promedio de 36 artistas con unas 80 obras de arte. Lamentablemente Honduras perdió, por un incendio, el museo donde se realizaba esta bienal. La primera BAVIC en Guatemala se hizo en el lobby del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, con paneles de playwood, pintados de blanco; la segunda vez que esta bienal se organizó en Guatemala, se tuvo que invertir en adecuar varios espacios en Cuatro Grados Norte para su realización. Al no tener espacios profesionales para la exhibición de arte, la adecuación de espacios para exhibirla resulta un elevado rubro en el presupuesto.
Entre muchos de los comentarios de toda índole, estimo que la intervención del artista Darwin Andino tiene muchos sedimentos de verdad, su post dice: “Hablando de frente sobre este asunto [la BAVIC], parece que el ideal detrás del principal promotor, Ramiro Ortíz Gurdian, era un proyecto que fuera financiado con igual entusiasmo en todos los países, con ‘empresarixs mecenas’ del arte. Pero falta mucho entendimiento del tema en una región donde las empresas tienen los valores y la poca vanguardia que ya se sabe (sic). Falta que además comprendan los beneficios económicos y sociales que algo así ofrece a largo plazo. ‘Lxs empresarixs’ adolecen de la apreciación básica de las artes visuales como para dar un paso serio. El ejemplo más evidente de esto que digo: la mala-interpretación de quienes organizaron Panamá 2012. Era la primera ocasión en que se metían otras marcas distintas a BANPRO / Fundación Ortíz-Gurdian con alguna fuerza. Lo que hicieron fue una cosa tan ridícula como poner inflables de Claro tapando la entrada del museo, chicas ‘impulsadoras’ a regalar llaveros cutres, entre otras barbaridades que hicieron quedar mal tanto a la identidad del proyecto como a las mismas marcas vinculadas. Aplicando sentido común y un plan de comunicación se puede diseñar un esquema que empiece a tomar capital privado y público, pero hay mucha gente opinando mal y a la carrera, mucho ‘rock-star-curator’ que vino a decir cómo se debe hacer algo que ni entendían. Si la oferta de Tamara (Diaz Brigas, [cubana]) hubiera sido más modesta y unos años más atrás no dudo que tendríamos algo en pie. Hay un agotamiento del principal inversionista, pero sabíamos que ocurriría, nadie puede alegar que esto lo toma por sorpresa. Hagamos algo. Me postulo a presidente de las bienales utópicas del trópico. Victoria o Arte, venceremos”.
Desde otra perspectiva, el artista Carlos Fernández indica: “Todos matamos la bienal, desde que no es rentable para los empresarios (hablando de la X Bienal) muchos artistas son antibienales… la última a mi criterio fue un gran avance pero poco realista mantenerla viva, fue quizás como el corredor que poco antes de la meta lo da todo, creo que esta X Bienal era el adiós a estas bienales…”, Por su parte, Javier Esteban Calvo expresó: “Yo preguntaría quiénes mataron la BAVIC, ¿ y qué la mató? Porque no creo que sea un solo autor, sin embargo, creo que la cabecilla (sic) son en definitiva los empresarios. Creo que la estocada final, la dio la edición pasada en la misma bienal porque planteó un modelo de bienal que implica muchísimos más recursos, desde la organización, de compromiso y de investigación que se traducía también en más inversión económica, que como bien dice Rosina (Cazali) eran cambios que se estaban dando de una bienal que hasta entonces era un puro trámite. Y creo que ese compromiso es algo que a los empresarios les costó asumir, también representa un tope para los organizadores en El Salvador o al país que le correspondiera porque volver a modelo pasado pudo ser cuestionado. Yo creo que es una muerte compleja que va desde el crimen en primer grado, suicidio y hasta eutanasia”.
Lo que evidencian los comentarios antes citados, dejan entrever que la BAVIC se convirtió en un escenario más para los curadores-rockstar como dice Andino. Curadores que quieren hacer del arte centroamericano su plataforma personal para la internacionalización de ellos mismos, olvidándose de los artistas de la región y de la labor de difusión del centroamericano dentro de la misma Centroamérica.
Primero debemos conocernos bien los centroamericanos, pero existe la necedad de entrar al mainstream internacional, algo que está directamente vinculado con el mercado. Por otro lado, todo apunta a que a Ramiro Ortiz Gurdián lo dejaron solo, la actual coyuntura económica en cada país es diversa. Desde lejos puede observarse cómo la Fundación Paiz, ha dejado de hacer actividades que la situaron como el gran mecenas del arte, ya no hay Festival de Arte en La Antigua, cierra el Artecentro Graciela Andrade de Paiz.
Es de retomar las actividades desde lo local, con especialistas (que los hay) en Guatemala y el resto de los países. Reducir el presupuesto de las grandes estrellas curatoriales que no han consagrado nuestro arte como era de esperarse. El fin de BAVIC, fue matar la gallina de los huevos de oro. Ese riesgo lleva la Bienal de Arte Paiz.

Artículo anteriorPhilip Glass comparte su pasión por la cultura wixárika
Artículo siguientePoesía