Escritor

Don Juan Matus es el nombre que Carlos Castaneda, dice en sus libros, es el de un ajq’ij, de origen Yaqui, que le mostró, enseñó y entrenó, durante más de una década, El Camino del Guerrero para tratar que el discípulo, Castaneda, pudiera considerarse un Hombre de Conocimiento.

Castaneda publicó el primer libro sobre esas enseñanzas, luego de diez años de duro aprendizaje con don Juan. El libro lo tituló Las enseñanzas de don Juan, libro que Castaneda muy orgulloso presentó como resultado del trabajo realizado por Don Juan con él. Cuenta Castaneda que éste tomó el libro, lo hojeó tranquilo sin ponerle atención y luego de una pausa se lo devolvió diciéndole: Tú ya sabes para qué usamos el papel en México.

Este primer libro fue presentado en la Universidad de California –UCLA– como requisito para titular la maestría en antropología en el año de 1968. Obtiene el doctorado con la tesis, luego también publicada en forma de libro, que lleva por título: Viaje a Ixtlán, en el año 1973. Siendo este libro el tercero de la trilogía básica de la cognición cultivada, pues dos años antes había publicado el segundo de la saga: Una Realidad Aparte.

Las enseñanzas de don Juan, así como los otros dos libros citados, se constituyeron en un éxito editorial. Millones de estos se vendieron, habiendo sido traducidos a diez y siete idiomas, pues originalmente fueron escritos en inglés.

Hoy, exactamente veinte años del final de su tránsito por la vida, otros millones de ejemplares siguen aumentando el número de lectores que descubren, en estas narraciones, que hay otra esencia de conocimiento, diferente al conocimiento occidental (en nuestro caso) que adquirimos paulatina y coercitivamente a lo largo de nuestras vidas.

Sin embargo, ese éxito editorial trajo a su vez ataques e impugnaciones, sobre todo desde círculos académicos y de antropólogos, que argumentaban, y aún hoy sermonean, que los trabajos de Castaneda no corresponden a la antropología. Aducen, por ejemplo, que no es posible tener certeza sobre la existencia del informante Juan Matus y que, por lo tanto, lo escrito sobre lo que dice que dijo tal personaje, no es comprobable dentro de la perspectiva de la metodología antropológica.

Que, dándole el beneficio de la duda, dicen, lo escrito por Castaneda parece ser producto de su frondosa imaginación derivado de sus lecturas filosóficas, de religiones, ejercicios espirituales de otras latitudes, sociología, brujería, etc. Se llegó incluso a decir que lo escrito era un plagio, como trató de argumentar sobre los libros de Castaneda, Richard De Mille, hijo del famoso director de cine Cecil B. De Mille.

Otros críticos argumentan que lo plasmado por Castaneda se restringe a narrar sucesos, situaciones, escenarios, estados de conciencia muy alejados de la realidad que viven los mortales. O sea, opinan que los libros de Castaneda no son más que novelas de ficción, en el mejor de los casos.

Pero todas esas críticas se siguieron estrellando con la cada vez más grande demanda de sus libros, para conocer, saber, de esa otra vivencia de ver el mundo que rodea y vivimos los humanos. Sin ir muy lejos, Coelho basa sus iniciales narraciones en aspectos de esa otra visión de ver el mundo contenido en los libros de Castaneda.

“Ésta no es una obra de ficción. Lo que estoy describiendo es extraño para nosotros y, sin embargo, es real”, escribió Castaneda en el prólogo a su libro: El don del Águila.

El problema de los anatemistas de Castaneda es que los contenidos revelados a lo largo de diez libros son juzgados desde parámetros, significados, conceptos y valores de la cosmovisión de la cultura occidental. Entonces, el meollo de lo apuntado por Castaneda de las enseñanzas de don Juan y demás ajqi´ja que menciona en las revelaciones, es que poseían en verdad un sistema cognitivo diferente al del hombre corriente.

Esquemáticamente, el asunto es que el hombre corriente tiene un proceso cognitivo que le informa de las formas de lo que lo rodea, pero no de su esencia, de su contenido. Y eso funciona relativamente bien en la vida cotidiana, porque es la manera de relacionarse con las cosas, con los humanos y demás seres vivos. Pero, existe otro conocimiento, que todo humano puede acceder y que de hecho lo ejerció antes que le fuera forzado a abandonarlo cuando el medio social le fue indicando qué y cómo comportarse y mirar lo que lo rodea.

Este conocimiento –el del fondo– es el de ver directamente las energías intrínsecas, que emanan, fluyen de todo lo existente en el universo. Ese hecho, el de ver las emanaciones de energía, proporciona un proceso cognitivo diferente: el del conocimiento de la esencia de lo existente. Por ejemplo, a los humanos no solo se les conoce por su apariencia y lo que aparentan, sino que también por las energías que portan y emanan.

Este otro conocimiento permite entonces saber de la esencia de su ser, además de su apariencia. Esta forma de cognición ocurre con todo lo que nos rodea, desde lo aparentemente inanimado, como puede ser una piedra, hasta plantas, agua, etc. Es decir, todo lo que está a nuestro alcance.

Pero para llegar a esa cognición, a ese conocimiento, según se entiende de lo transmitido por Castaneda en los libros, se tiene que pasar por un proceso largo –que le llama El Camino del Guerrero– es decir, un comportamiento impecable, una dura disciplina, que lleve a dominar y cambiar los hábitos adquiridos a lo largo de los años de formación cultural.

La primera condición es conseguir dominar la mente. Esto, porque sucede que la mente todo el tiempo, incluyendo las horas de sueño y vigilia, está ocupada dándole vueltas a infinidad de asuntos. Es como un caballo desbocado, que va alocadamente corriendo sin dirección, de manera que no deja espacio para enterarse que existe esa otra forma de ver el mundo y de nosotros mismos. No nos damos cuenta, como dijo Chomsky, que sabemos más de los que nos han enseñado.

Castaneda relata todos los sucesos, ejercicios, enseñanzas por las que pasó para Parar el mundo, que es la manera de concretar que se ha dominado la mente. A partir de ese logro es que se empieza a conocer la cognición que lleva al estado poder ver el fluir de las energías que emanan de todo lo existente en el universo: humanos, flora, fauna, minerales, espacio, tierra, agua etcétera, de manera que ese conocimiento es lo que permite, por ejemplo, saber para qué sirve cada planta, o lo intrínseco de cada persona.

Don Juan Matus, el Ajq´ij, el Nawal le decía Castaneda, un buen día desapareció tan misteriosamente como había llegado a la vida de Castaneda. El mismo Castaneda, en el transcurso del aprendizaje del Camino del Guerrero fue transformando su vida en un misterio para el común de las personas. Hay unas cuantas fotografías de él, pero no se sabe a ciencia si es de origen brasileño o peruano, si estuvo o no estudiando arte en Europa. Se supo de su fallecimiento mucho después del suceso, pero se desconoce dónde se encuentran sus restos, si es que los hay.

Este año 2018, en el pasado mes de abril, se cumplieron 20 años de la partida de Castaneda, pero su trabajo mostrado al mundo y en particular al occidental, que hay otro conocimiento, que los principios sobre los que se estructura la cultura de los pueblos ancestrales, la cosmovisión de esos pueblos sigue vigente, caminando, recuperando su espacio y reconocimiento.

Los libros de Castaneda pueden obtenerse en la web gratuitamente. Y su lectura es secuencial, arrancando con el ya citado Las enseñanzas de don Juan. Los que le siguen son los siguientes:

1968 – Las Enseñanzas De Don Juan
1971 – Una Realidad Aparte
1973 – Viaje A Ixtlán
1975 – Relatos De Poder
1977 – El Segundo Anillo De Poder
1981 – El Don Del Águila
1984 – El Fuego Interno
1987 – El Conocimiento Silencioso
1993 – El Arte De Ensoñar
1996 – El Silencio Interno
1999 – El Lado Activo Del Infinito.


PRESENTACIÓN

Carlos Castaneda es una de esas figuras controversiales en la historia del pensamiento. Respetado y amado por unos, cuenta también con detractores que le niegan originalidad, desdeñando su producción intelectual, como si se tratara de un alquimista, siempre dispuesto a timar a los círculos más exquisitos de la clerecía científica.

Para rescatar su memoria, en el vigésimo aniversario de la partida del chamán, el intérprete oscuro de Don Juan, presentamos a usted el texto firmado por Guillermo Paz Cárcamo. En él encontrará, no sólo una crítica hacia los ninguneadores del investigador, sino algunos planteamientos que, a los ojos del pensador guatemalteco, son originales y que quizá los antropólogos se empeñan en negar.

«Este año 2018, en el pasado mes de abril, se cumplieron 20 años de la partida de Castaneda, pero su trabajo mostrado al mundo y en particular al occidental, que hay otro conocimiento, que los principios sobre los que se estructura la cultura de los pueblos ancestrales, la cosmovisión de esos pueblos sigue vigente, caminando, recuperando su espacio y reconocimiento».

En esta edición, ofrecemos a usted, además, los textos de Julio Manuel Girón, Chente Vásquez, Miguel Flores y Brenda Carol Morales. En el caso del primero, Julio Manuel Girón, con recursos y originalidad propia, destaca el significado del Romanticismo con afanes de esclarecer su auténtica naturaleza.

Deseamos para usted una muy feliz lectura. Seguimos en contacto y buen fin de semana.

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