Por BERENICE BAUTISTA
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia (AP)

Las bodas son siempre fechas de ensueño, o casi. Hasta la celebración más planificada puede caerse por la borda desde el minuto uno, al menos en la comedia mexicana “Hasta que la boda nos separe”.

La adaptación de la película rusa “Kiss Them All!” (“Gorko!”) de 2013, que se estrenó el fin de semana en México, sigue a María (Diana Bovio) y Daniel (Gustavo Egelhaaf), una pareja que tiene clarísimo cómo quiere que sea su gran día: inspirado en “La Sirenita” de Disney, con un DJ, a la orilla del mar y organizado por el mejor “wedding planner” de su ciudad, Bobby Palace (Roberto Palazuelos).

La familia de la novia, sin embargo, prefiere algo más “tradicional” aunque no menos espectacular tomando en cuenta que logran que el mismísimo cómico Adal Ramones amenice la velada y los novios deciden entonces hacer una segunda boda a su gusto. El pequeño problema: ambas terminan siendo el mismo día.

Al igual que la cinta en la que se inspira, “Hasta que la boda nos separe” está filmada con un estilo documental, con cámara en mano, pues se supone que el hermano del novio decide registrar la feliz unión desde que comienzan a planificarla.

“La gran inspiración de esto es la realidad y eso es lo que yo creo que puede hacer que funcione, que la gente realmente va a identificar momentos de su boda, de bodas de amigos, momentos que han visto en videos”, dijo el director Santiago Limón, quien debuta con este largometraje tras haber realizado varios cortos.

“Me encantó la posibilidad de poder hacerlo así. Te enfocas nada más en tener un gran reparto, en tener una locación que te dé todas las posibilidades que quieres y no te estás preocupando tanto por la estilización de la cámara ni nada”, señaló en una entrevista reciente con The Associated Press, junto a los protagonistas.

El resultado es fiel a los videos caseros de bodas en las que no todo, o más bien casi nada, es perfecto.

“La verdad es que filmando me la pasé padrísimo (buenísimo), pero en el set hubieron momentos en los que mi personaje era miserable, se la estaba pasando muy mal, le estaban pasando muchísimas cosas”, dijo Egelhaaf. “Para que eso funcione y suceda y la gente se ría te tiene que estar pasando de verdad”.

“El set no se sentía como un set”, agregó Bovio. “Todo fue tan real que más bien nos dejamos fluir”.

La autenticidad del filme resonó en las experiencias de los actores. Egelhaaf, por ejemplo, rememoró los altibajos que vivió en una misma boda con sus amigos de la secundaria.

La cinta es producida por Billy Rovzar (“Matando Cabos”, “Salvando al Soldado Pérez”), quien dijo que ha tenido tres nupcias y cada una ha sido mejor que la anterior.

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