Por Christina Horsten
Los Angeles
Agencia (dpa)

Sharon Stone responde con una carcajada de más de diez segundos cuando el periodista le pregunta si alguna vez ha sufrido acoso sexual a lo largo de su carrera en Hollywood. «Llevo 40 años en este negocio», dice. «¿Se puede usted imaginar el negocio en el que entré hace 40 años? ¿Con mi aspecto? ¿Viniendo de una localidad cualquiera de Pennsylvania? Llegué sin ningún tipo de protección. He visto de todo».

No sorprende por tanto que Stone, que el fin de semana cumplió 60 años, celebre el movimiento #MeeToo contra el acoso sexual que comenzó a finales del año pasado con el escándalo en torno al magnate de Hollywood Harvey Weinstein. «Estamos empezando a valorarnos como mujeres y a no pensar que debemos comportarnos como hombres para ser fuertes, poderosas o valiosas», señaló.

La carrera de Stone arrancó precisamente con un erótico cruce de piernas. Corría el año 1992, y aquella escena en la piel de la escritora y asesina en serie Catherine Tramell en «Instinto Básico» pasó a la historia, catapultando a la actriz a la fama de la noche a la mañana. Aún hoy sigue aprovechándose de su atractivo femenino, pero al mismo tiempo lucha por no verse reducida simplemente a eso.

Activista en la batalla contra el sida y madre de tres hijos adoptivos, lleva cuatro décadas filmando casi una película al año. Numerosos galardones y una nominación al Oscar por «Casino» jalonan su carrera. Recientemente participó en la serie de Steven Soderbergh «Mosaic», muy polémica en Estados Unidos.

Según confesó en una entrevista, ya desde niña Stone sabía que quería convertirse en «la siguiente Marilyn Monroe». Creció en el seno de una familia de clase media junto a sus tres hermanas en una pequeña ciudad del estado de Pennsylvania.

Con sus 1.74 metros de altura, un cociente intelectual de 154 -por encima de la media-, un título universitario en escritura creativa y sus trofeos en concursos de belleza, Stone se abrió paso hasta Nueva York y Los Ángeles, donde consiguió un contrato como modelo.

En 1980, Woody Allen le dio su primer papel como «chica guapa en el tren» en la película «Stardust Memories». «Fue una experiencia maravillosa, comparado con el sexo, como perder la virginidad», contó Stone sobre su debut. Sin embargo, la primera película en la que pudo pronunciar unas líneas fue «Deadly Blessing».

 

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