París
Agencia (dpa)

El célebre chef francés Paul Bocuse, considerado el fundador de la «nouvelle cuisine», murió el fin de semana a los 91 años en su restaurante «L’Auberge du Pont de Collonges», en su población natal de Collonges-au-Mont-d’Or, cerca de Lyon.

«Paul Bocuse ha muerto y la gastronomía está de luto», escribió el ministro del Interior galo, Gerard Collomb, en Twitter. «Monsieur Paul era Francia», recalcó el ministro y ex alcalde de Lyon. «Sencillez y generosidad. Excelencia y el arte de vivir. El papa de los gastrónomos nos ha abandonado», lamentó Collomb.

El presidente francés, Emmanuel Macron, ensalzó a Bocuse calificándolo como «la encarnación de la cocina francesa». Según Macron, «tan solo su nombre resumía la gastronomía francesa en su generosidad, su respeto a la tradición y también su ingenio».

La gastronomía francesa ha perdido a «una figura mítica que de una gran manera ha dejado su impronta en ella», escribió Macron. Todos los cocineros lloran su muerte, «en el Elíseo y en toda Francia, pero ellos continuarán su trabajo», afirmó el jefe de Estado francés.

«Hasta los últimos días de su vida nunca dejó de transmitir su conocimiento, adiestrando a nuevas generaciones de chefs franceses y extranjeros, vigilándolos como un padre», señaló el presidente.

Por su arte culinario, Bocuse fue distinguido entre 1958 y 1965 con tres estrellas Michelin que nunca perdería. El chef francés fundó más de 20 restaurantes, algunos de ellos en Estados Unidos y en Japón. Se calcula que llegó a acumular un patrimonio de 50 millones de euros.

La guía gastronómica «Gault&Millau» llegó a llamar a Bocuse el «chef del siglo». Su restaurante de tres estrellas «L’Auberge du Pont de Collonges» era considerado un lugar de peregrinación para gourmets de todo el mundo. El chef se erigió mucho más allá de su natal Francia en icono de un modo de vivir refinado con comidas y bebidas exquisitas.

Bocuse fue uno de los fundadores de la «Nouvelle Cuisine», un movimiento de jóvenes cocineros que en su día quería quitar el polvo de la cocina francesa. Una preparación sencilla, ingredientes frescos y productos regionales eran las tres reglas básicas.

En su libro «Paul Bocuse, le Feu sacré» (Paul Bocuse, el fuego sagrado), que se publicó en 2005, el chef se definía a sí mismo como un adepto de la cocina tradicional que «ama la mantequilla, la nata y el vino» y no algo así como «pequeños guisantes partidos en cuatro partes». Su trabajo era su vida: «Trabajo como si viviese 100 años y disfruto de la vida como si cada día fuese el último».

Artículo anteriorRetrato de Washington, propiedad de Bolívar, factura 62 mil 500 dólares
Artículo siguienteAmazon abre el primer supermercado sin cajas en Seattle