Por Christina Horsten
Nueva York
Agencia (dpa)

Inventó el rock and roll en los 50 y sentó las bases para el funk y el soul: Little Richard, que mañana cumple 85 años, tuvo unos orígenes humildes pero se convirtió en una superestrella, el «dios del rock and roll».

Además, es uno de los pocos «padres» de ese estilo que sigue vivo. «Sólo quedamos Jerry Lee Lewis y yo», reconoció en octubre tras la muerte de Fats Domino.

Desde hace años vive en Tennessee, aparatado de los focos, y suele especularse sobre su estado de salud. Pero él asegura que se encuentra bien. «Dios fue bueno conmigo. Voy a la iglesia todos los sábados, no falto nunca. (…) Me siento estupendo», afirmó recientemente en una de las pocas entrevistas que concede.

Con un grito, casi incomprensible, Little Richard lanzó el rock and roll al mundo. «A wop bop a loo mop alop bom bom», aulló al empezar a grabar la legendaria «Tutti Frutti» en un estudio de Nueva Orleans. La idea de ese arranque le había llegado poco antes, sobre el escenario, inspirado por un ritmo de batería.

«Tutti Frutti» subió en las listas de ventas y el hasta entonces desconocido Little Richard se convirtió en una estrella de la noche a la mañana. Aquella canción abrió «una nueva era en la música», asegura la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.

Richard Wayne Pennniman nació en 1932 en el seno de una familia afroamericana muy humilde del sur del estado de Georgia, en medio de la separación racial que existía en aquella época. «Vengo de una barriada, eso nunca se olvida», afirmó en una ocasión. Era tan delgaducho que empezaron a llamarle Little Richard, nombre que conservó durante su carrera artística.

Era el tercero de 12 hermanos, su padre era contrabandista y fue asesinado cuando él tenía 19 años. «Me rompí por dentro», contó. Pero aquella terrible experiencia también le dio fuerzas y «el convencimiento y la perseverancia para saber» que algún día conseguiría lo que quería.

En aquel entonces los negros de Georgia sólo vivían en zonas insoportablemente ruidosas junto a las vías del tren, recordaba. «Los trenes hacían temblar sus casas por la noche. Yo lo escuchaba de niño y pensaba: ‘Algún día haré una canción que suene exactamente así'».

Little Richard fue saliendo adelante con trabajos ocasionales, empezó a cantar gospel y actuar y finalmente consiguió su primer contrato discográfico. Además de «Tutti Frutti», por aquella época publicó canciones como «Good Golly, Miss Molly» und «Lucille», de la que hicieron versiones artistas como Elvis Presley. Había nacido el rock and roll.

Durante tres años Little Richard vivó las mieles del éxito, hizo giras por Estados Unidos y salvajes fiestas bisexuales con hombres, mujeres y alcohol. Era considerado el «dios del rock and roll» y sus conciertos reunían a blancos y negros en plena segregación racial, para indignación de los políticos y asociaciones ultraconservadoras.

Pero de pronto, todo se acabó. En 1957, durante un viaje para tocar en Australia, Little Richard decidió por sorpresa dejar la música y convertirse en predicador. Desde entonces el extravagante músico vive entre la iglesia y la música.

Intentó volver al espectáculo en varias ocasiones, ayudó en sus inicios al joven Jimi Hendrix, fue de gira en Europa con los Rolling Stones, entonces bastante desconocidos, intentó hacer carrera como actor y publicó discos imprescindibles para el funk y el soul. Pero siempre volvía a su mundo religioso y al gospel.

Little Richard es un ídolo para artistas como Otis Redding, Jerry Lee Lewis, Tina Turner, Prince, Mick Jagger, Rod Stewart, David Bowie, Elton John, Paul McCartney, Bob Dylan, Freddie Mercury o Bruno Mars.

Pero después de que sentase las bases del rock and roll, fueron otros los que saltaron a la fama. Ninguna de sus canciones consiguió el éxito de «Tutti Frutti», aunque quizás no era necesario. El propio Bob Dyan dijo que una ocasión: «Siempre pensé que ‘A wop bop a loo mop alop bom bom’ lo dijo todo».

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