Por Cecilia Caminos
Buenos Aires
Agencia (dpa)
Frida Kahlo, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco se lucirán desde hoy y hasta el 19 de febrero junto a otros grandes maestros del arte moderno mexicano en una muestra en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA).
«México moderno. Vanguardia y revolución», organizada junto al Museo Nacional de Arte de México, trae a Buenos Aires por primera vez 170 piezas de más de 60 autores que están en poder de 25 colecciones y que representan diferentes estéticas modernistas que tuvieron lugar en México durante la primera mitad del siglo XX.
La exposición incluye la obra «Fulang Chang and I» (1937), de Kahlo, que pertenece a la colección del Museum of Modern Art de Nueva York (MoMA) y que el MALBA recibió en reciprocidad a su préstamo de la obra «Abaporu» de Tarsila Do Amaral, celebró hoy el presidente de la Fundación Costantini, Eduardo Costantini.
La pintura de la artista junto a un mono está acompañada por un espejo, ambos con sendos marcos de estilo oaxaqueño, para invitar al espectador a ser parte de la obra.
La muestra cuenta también con obras de grandes maestros mexicanos como Miguel Covarrubias, Saturnino Herrán, María Izquierdo, Agustín Lazo, Rivera, Orozco, Antonio Ruiz «El Corcito», Siqueiros, Remedios Varo y Ángel Zárraga, muchos de los cuales se exhiben por primera vez en la Argentina.
El recorrido a través del moderno edificio del museo fundado por Costantini está armado en base a «cuatro núcleos que van hablando sobre las distintas formas que tuvo el arte mexicano para encontrar su identidad propia: modernidad cosmopolita, revolución social, cultura popular y experiencias surrealistas», precisó la curadora Victoria Giraudo.
«Como toda modernidad siempre está relacionado con lo que pasa en Europa, con esta idea de estar al unísono con las últimas cosas del siglo XX, todo el progreso, pero también tiene que ver con esta búsqueda de la identidad, con el tema de la revolución y los logros sociales y políticos y también esa búsqueda hacia lo interno, la historia de México que se remonta muchísimo más atrás de la llegada de los españoles, todo lo popular», explicó a dpa Giraudo.
«Los artistas fueron a Europa a formarse, pero no sólo a copiar modelos sino que viajaban con sus ideas y bagajes e intercambiaban. Es conocida la discusión de Diego Rivera con Picasso acerca de quién copió a quién», señaló la curadora del MALBA, que apuntó al «concepto antropofágico de artistas que van, toman cosas pero las degluten y las reelaboran de otra forma».
Los maestros mexicanos también entraron en diálogo con movimientos de otras regiones.
El MUNAL aportó la mirada sobre el arte surrealista en México, que se sumó a la tradición del realismo mágico que ya estaba arraigada en ese país. Artistas internacionales, como Leonora Carrington y Wolfgang Paalen generaron composiciones particulares en el medio popular de los exvotos y lenguajes estéticos como el de María Izquierdo o Frida Kahlo.
El arte moderno mexicano de la primera mitad del siglo XX contribuyó a la pintura monumental o el muralismo impulsado por el triunfo de la revolución que promovió un proyecto de construcción de la nación moderna, pero las artes plásticas fueron más allá y tuvieron identidad propia, fue reflejo de las manifestaciones culturales de la época.