Juan Carlos Hernández
Académico
El alma de Guatemala está hecha de maíz rojo, amarillo, blanco y negro
Es diversa. Profunda es su bandera de cuatro colores, porque diversos somos
No una, somos multiplicidad, diferentes somos
no soy chapín, mestizo maya descendiente soy
Mi tortilla y mi tamal no están hechos con el mismo espíritu
Que los del criollo euro descendiente advenedizo
Plurinacionales somos, de la guatemayanidad soy parte
No somos etnias diluidas en un territorio extraño
pueblos originarios somos, ancestrales y milenarios
Testigos a todo dar de una historia de resistencia cultural
El alma guatemalteca no se deja aprisionar dentro del Estado criollo mono nacional
Grita a los cuatro vientos que se escuchen las consultas populares
Por la igualdad de derechos porque en mi país no todos nacemos iguales
Unos nacen bañados en oro y plata, y los nunca en trapos de cucaracha
El Alma de Guatemala está dentro de un cuerpo dividido en clases sociales
Y una plena felicidad consigo misma no se le permite
Por eso sufre cuando ve
a un indigente dormido frente al portal de una iglesia
A un “charamila” agonizando de goma profanamente en una esquina de mala muerte
A una madre en la barriada
que llora a su hija entre sus brazos asesinada,
a un anciano de bastón mendigando en el semáforo,
a unas niñas aprendices de malabaristas,
a unos adolescentes dizque limpia brisas
Por eso su alma está triste, porque el Estado cooptado
Siempre protege a los de siempre.
La carta magna no recoge el espíritu del alma guatemalteca.
No soy grupo étnico, no soy grupo indígena, pueblo originario soy
No soy de traje, sino de tejido cósmico natural
No hablo una lengua, sino un idioma maya ancestral
El alma guatemalteca en esencia es mestiza y maya descendiente
una nueva creación somos, pero a la vez tan antigua y milenaria,
un entramado cósmico telúrico,
un compuesto de 24 puntos energéticos animados.
El alma guatemalteca es profundamente espiritual,
No se deja aprehender por el dios epidérmico occidental
Es una serpiente emplumada que despliega sus alas,
Emerge desde los secretos uterinos del vientre de la Madre Tierra,
a niveles superiores de conciencia se eleva
A través de los trece cielos y renace a un nuevo sujeto cósmico.
El criollo euro descendiente, por más que pretenda atraparla en su imaginario
decimonónico nacionalista romántico
Ella, no se deja, se escabulle, se resiste, se rebela
Al fondo del límpido cielo azul, veo a Lucas Aguilar junto a Atanasio Tzul
En su eterno retorno ocupando el lugar que le corresponde exclamando
¡¡Yo no soy derecho romano,
Soy justicia originaria,
Y vengo por derecho consuetudinario,
A aplicar la justicia milenaria!!