Por Sabine Glaubitz
París
Agencia (dpa)

En un patio interior se ve a lo alto la escultura enorme de una tetera, obra de la artista portuguesa Joana Vasconcelos, mientras en otro se expondrá pronto una gran «Nana», de Niki de Saint Phalle. Lugar hay de sobra en la «Monnaie de Paris», la antigua casa de la moneda francesa reconvertida en un complejo de 35 mil metros cuadrados que abre hoy sus puertas en el centro de la capital francesa.

Se encuentra a orillas del Sena, enfrente del Louvre y allí donde se acuñaron antaño grandes cantidades de moneda ahora se aloja un complejo museístico.

Tras seis años de obras de remodelación, en los que se invirtieron 76 millones de euros, la «Monnaie de Paris» ofrece ahora una mezcla de museos, ateliers y restaurantes de tres estrellas. En 2014 ya se abrió una parte del edificio en estilo neoclásico para dedicarlo al arte contemporáneo.

La primera muestra se dedicó al artista de moda estadounidense Paul McCarthy. Le siguieron Maurizio Cattelan y Jannis Kounellis, que murió en febrero de este año.

En 2015 el chef Guy Savoy, distinguido con tres estrellas Michelin, se trasladó a los elegantes salones del edificio con vistas al Sena y al Louvre.

La Casa de la Moneda francesa refleja en su arquitectura la importancia que los reyes de Francia siempre le otorgaron. La institución fue fundada en el año 864 por el rey Carlos el Calvo. En 1775 se trasladó a la orilla derecha del Sena, donde estaba junto al Louvre, a su ubicación actual, a Quai Conti número 11.

La «Monnaie de Paris» ha sido remodelado por el arquitecto francés Philippe Prost, que también diseñó el Memorial de Notre-Dame-de-Lorette, en el norte del país, donde se recoge el nombre de todos los caídos en Nord-Pas-de-Calais durante la Primera Guerra Mundial.

El arquitecto ha conseguido insuflar aire y transparencia a la antigua institución. El edificio había sido sufrido con los años diferentes transformaciones, sobre todo en los patios interiores.

Prost los ha liberado y ha creado una especie de pasillos artísticos conectando los diferentes edificios. Ha convertido una parte de los talleres, donde se fabricaban las monedas, en un museo para los fans de la numismática. Bajo una luz moderada se pueden ver piezas de coleccionista en oro y plata sobre las que se ven cabezas coronadas europeas como Maria de Medici, Carlos IX de Suecia y Enrique de Borbón.

En algunos de los talleres todavía se trabaja y el visitante puede seguir a través de grandes ventanales cómo se hacen las monedas. Desde 1973, la producción se realiza en Pessac, cerca de Burdeos, donde se fabrican las monedas de unas 40 divisas, entre ellas también el euro.

En París, estos talleres se emplean para mostrar un oficio centenario y producir monedas conmemorativas como la de 50 euros diseñada por Jean-Paul Gaultier.

El director de la «Monnaie de Paris», Aurélie Rousseau, tiene grandes planes para el centro. En colaboración con la Escuela de Bellas Artes de París, un edificio también imponente de estilo neoclásico, y con el Museo de Orsay quiere volver a revitalizar la orilla izquierda del Sena.

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