Roberto Samayoa Ochoa
Director Festival La otra banqueta

“La otra banqueta” es el nombre del festival de cine por la diversidad sexual que desde el año 2011 se realiza en Guatemala organizado por Dos Soles, una organización no gubernamental. La Otra Banqueta hace referencia no solo al espacio existente como frontera entre la calle y el hogar sino a la expresión con la cual el lenguaje coloquial en Guatemala se refiere a las personas de la diversidad sexual (lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros, transexuales, intersexuales, entre otros). Cuando se dice que una persona es de la otra banqueta automáticamente se activa en el imaginario una secuencia de palabras, expresiones, imágenes casi todas peyorativas y que construyen una barrera y dos conceptos que parecieran irreconciliables: nosotros y los otros.

Lo que sucede en la propia banqueta es lo que es aceptable y lo considerado normal – aunque la normalidad debiera ser un concepto de difícil aplicación. Por el contrario, lo que sucede en la otra banqueta es lo distinto, extraño, exótico, lejano, diferente y por lo general esos conceptos generan fobias y algunas veces odios. Se es de la otra banqueta cuando no se encaja dentro de los parámetros de género, cuando se trasgreden las normas o cuando se rompen los moldes de comportamiento. Ser de la otra banqueta es considerado tradicionalmente como un insulto y el hecho de nombrar al festival con este nombre tiene la intención de resignificar la expresión.

El festival es organizado por un pequeño grupo de personas que de forma voluntaria donan su tiempo, habilidades, conocimientos y creatividad. Desde sus inicios el festival ha contado con el apoyo del LesGaiCineMad (festival de cine gay de Madrid) quien junto a la Fundación Triángulo gestó la creación de la Red Iberoamericana de Cine LGBT de la cual forma parte La Otra Banqueta.

La idea de organizar un festival de cine de diversidad sexual surge por la convicción de que el cine, como arte, tiene una importancia fundamental en la conformación de imaginarios sociales. En el cine hay un gusto estético, una propuesta de discurso visual y oral, técnico y tecnológico, que es importante y necesario en el cine. Sin embargo, los discursos de la producción cinematográfica comercial responden casi exclusivamente a los intereses del mercado que exalta visiones arquetípicas: princesas, zombis, guerreros, codependencia romántica.

La diversidad sexual en el cine de Hollywood, que es al cual se tiene acceso más comúnmente, se presenta cargada de estereotipos: hombre gay con gusto por el arte, obsesionado con su cuerpo, con ingresos por encima del promedio, adicto al sexo y últimamente a la caza de un vientre de alquiler; o mujer lesbiana, ruda, bebedora, misándrica (que odia a los hombres) y que se dedica a actividades consideradas tradicionalmente como masculinas.

Uno de los objetivos del festival de cine La Otra Banqueta desde su primera edición ha sido presentar historias de vida a través de las cuales quienes las vean se sensibilicen sobre el hecho de que la orientación sexual es uno de los elementos que construyen la identidad de la persona, que no es un aprendizaje sino un elemento innato, distinto pero no raro ni sinónimo de trastorno sexual. De esa cuenta, se han obtenido los derechos de proyección, gracias a la colaboración del LesGaiCineMad, de Click for festivals, de Festhome, del Mix Brasil y de colaboraciones a título personal, de 190 filmes entre largometrajes, documentales y cortometrajes de España, Argentina, Brasil, México, Francia, Estados Unidos, Japón, China, Canadá, Cuba, Colombia, Uruguay, Reino Unido, Países Bajos, entre otros países.

The Butch Factor – filme con el que se abrió el primer festival -, Gazelle que aborda la identidad queer, I’m gay and muslim y Anyone and everyone en las que se toca el tema religioso, Inside the chinese closet, que presenta los conflictos en las familias chinas, El virus del miedo que aborda cómo se ha ido construyendo la desconfianza con base en supuestos; El cañaveral y El canto del colibrí donde se mezcla diversidad sexual con la migración hacia Estados Unidos y, en el 2017, Yes, we fuck en la cual se aborda el tabú que representa la sexualidad de las personas con discapacidad, Atempa, sobre la realidad de los muxes del pueblo zapoteca en Oaxaca, México y Versátil, un cortometraje en su primera presentación fuera de España, son solo algunas de estas historias. Lo que se pretende con la selección de los filmes es mostrar cómo la sexualidad está imbricada con problemas sociales urgentes.

La Otra Banqueta ha apostado por ser un vehículo de arte a través del cual se construya una sociedad más integral y respetuosa de la diversidad sexual y se ha convertido en una ventana para dar a conocer producciones guatemaltecas. De esa cuenta en el tercer festival se incluyó la presentación de “Comunidad LGBTTI” de Mynor Ixcot e “Insoluble” de Catalina Lleras. El cuarto festival se abrió con el estreno del documental “XY” de Alejandro Arriola, que aborda la construcción de la identidad del hombre guatemalteco desde las masculinidades y la equidad de género; y se incluyó “Identidad” de Elliot Morales. En el quinto festival se proyectó el cortometraje “Un mundo para Jimena” de Sergio Leiva y en el 2017 se incluyen en la programación los cortometrajes “Mira Lolo” de Gygy Castillo y “Primero, Verdadero, Último” de Luis F. Midence.

Uno de los elementos más significativos del festival es su concepto visual y gráfico el cual se ha desarrollado gracias a Jorge Letona de Estudio CREO. Se trata de un concepto innovador que logró desde el primer festival darle identidad y personalidad al festival rompiendo con los conceptos visuales asociados a diversidad sexual. Cada año se busca combinar formas y colores con un diseño que no solo sea atractivo sino que en sus mismas formas cuestione y construya. Con el objetivo de presentar toda la línea gráfica del festival se mantiene en exposición, durante todo el mes de agosto en Casa Celeste (6ª. Avenida A, 10-51 zona 1) una muestra de este material junto a la exposición “Máscaras” del artista fotográfico Isaac Castellanos.

Alrededor del festival de cine se han presentado otras expresiones artísticas del teatro, las artes plásticas, la fotografía, la literatura y también ha sido espacio para dialogar sobre el acceso universal a los derechos humanos. Por ello, el miércoles 23 de agosto, en Casa Celeste, se realizó el conversatorio “Vida y Familia, ¿Cómo me afecta la aprobación de la iniciativa 5272?” en el que se conversó sobre esta iniciativa de ley presentada por algunos diputados influenciados por la Coordinadora Evangélica Nacional y que pretende que el Estado guatemalteco retroceda en el respeto por los derechos humanos de todos sus habitantes.

Es necesario seguir exigiendo que el Estado no solo reconozca la universalidad en el acceso al ejercicio de los derechos humanos sino también que se formulen políticas públicas que los garanticen y que se legisle a favor de esto. Es necesario revisar la legislación vigente ya que su promulgación se hizo bajo criterios morales y no bajo la premisa de respeto por los Derechos Humanos. Sin embargo este será solo un paso para lograr un cambio social de aceptación no solo de diversidad sexual sino también étnica y cultural.

El festival se ha presentado a lo largo de los años en diversas sedes de la ciudad de Guatemala, Centro Cultural de España, Teatro La Cúpula, Centro Cultural La Casa, Casa Celeste y el Centro Universitario Metropolitano; en La Antigua Guatemala, en el Centro de Formación de la Cooperación Española; en Quetzaltenango, gracias a la colaboración de Asociación IDSO; y en Escuintla, en el Centro Cultural de dicha ciudad. Una de las tareas pendientes del festival es hacer que el mismo sea sostenible ya que en el pasado ha funcionado con aporte financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional, de Hivos, de PASMO, de Generación Cero, de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y con aporte en especie de socios locales como Gay Guatemala y La Fanzine, entre otros.

Aunque el acceso al cine es cada vez más fácil por medio de internet y por la compra de películas de contrabando, La Otra Banqueta sigue apostando por generar un espacio de encuentro y de reconocimiento no solo para las personas de la diversidad sexual sino para todas aquellas que están comprometidas en la construcción de sociedades más respetuosas y menos violentas. La Otra Banqueta quiere ser un lugar de encuentro, de acogida afectuosa para quienes quieran cuestionar la visión hegemónica de las personas y esto es necesario en una sociedad acostumbrada a vivir de las paredes hacia adentro y que todavía está en proceso de reconstruir tejidos de confianza y encuentro por medio del arte.

Para La Otra Banqueta es importante reconocer que esta es una tarea compartida con otros festivales a nivel global y de Iberoamérica, lo cual se ha podido comprobar al ser invitado por segundo año consecutivo a participar en la reunión de festivales de cine LGBT en el marco del premio Sebastiane del Festival de cine de San Sebastián, España. La Otra Banqueta es como un largometraje que no necesariamente tendrá un final feliz pero sí un final que haga pensar al espectador.

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