Por Carola Grösse-Wilde
Hamburgo
AGENCIA/dpa

No importó que la mayoría de críticos la destrozaran ni que cosechara cinco premios «razzie» a lo peor del año: la adaptación de «50 sombras de Grey», en la que Dakota Johnson y Jamie Dornan dan vida a las fantasías eróticas de la novelista E.L. James, fue un rotundo éxito de taquilla. Este fin de semana, como aperitivo a San Valentín, aterriza en la cartelera internacional su segunda entrega: «50 sombras más oscuras».

Anastasia Steele (Johnson) intenta olvidar a su examante, el atractivo empresario Christian Grey (Dornan), concentrándose en su nuevo trabajo de asistente editorial. Pero el multimillonario Grey está dispuesto a todo por recuperarla, y ésta acaba cediendo. Eso sí, ahora «nada de normas, castigos ni secretos». Todo parece funcionar hasta que entra en escena Kim Basinger, la mujer que introdujo a Grey en el sexo sadomasoquista.

«Creo que tiene humor, es sexy, conmovedora, emocional… Todo lo que necesita ser», dijo a dpa en Hamburgo E.L. James, subrayando que esta segunda entrega le gusta «mucho más» que la primera. No sorprende, pues la autora británica tuvo varios encontronazos con la directora, Sam Taylor-Johnson, a quien ahora releva James Foley («Glengarry Glen Ross», «House of Cards»). «Foley ha hecho un trabajo fantástico a la hora de trasladar el libro a la gran pantalla. Con cambios, pero muy fiel al espíritu. Estoy encantada», añadió.

El concepto, no obstante, es el mismo: una historia de amor narrada como un cuento de hadas de alto voltaje. Así, la trama transcurre entre estilizadas escenas como las del baile de máscaras, escapadas en un lujoso yate y una romántica petición de matrimonio en una sala repleta de flores, todo ello salpicado de sexo acompañado de un par de «juguetes». De nuevo, vuelve a verse mucha piel desnuda -sobre todo de Dakota Johnson- pero la película sigue siendo apta para mayores de 16 años.

«Por supuesto que somos amigos, cuando trabajas junto a alguien durante años se acaba creando una relación especial», cuenta a dpa la hija de Melanie Griffith y Don Johnson sobre el trabajo con el actor norirlandés. Éste, que ahora luce barba debido al rodaje de «Robin Hood», apunta que las dos películas «han sido todo un viaje juntos». «Y aún no ha terminado», añade en referencia a la última entrega de la trilogía. «Rodar escenas de sexo habría sido muy espinoso si no hubiéramos podido mirarnos a los ojos, confiar en el otro y respetarnos».

De adaptar el guión se encarga esta vez Niall Leonard, marido de E.L. James, mientras que el tema central de la banda sonora, «I Don’t Wanna Live Forever», corre a cargo de Taylor Swift a dúo con el ex One Direction Zayn Malik. A ellos se suman John Legend y Nicki Minaj junto a Nick Jonas, que intentarán repetir el éxito de Beyoncé y The Weeknd en la pasada entrega. Y tampoco se ha descuidado el vestuario, cargado de firmas de lujo: de Dolce & Gabbana a Dior, Pucci, Armani, Valentino o Michael Kors.

Queda por ver si «50 sombras más oscuras» logrará repetir el éxito de la primera entrega, que con el morbo del factor sorpresa recaudó más de 500 millones de dólares en la taquilla internacional. Pero suceda lo que suceda, ya hay fecha de estreno para el final de la trilogía: San Valentín, 2018. Con nada menos que la boda entre Ana y Christian.

Creo que tiene humor, es sexy, conmovedora, emocional… Todo lo que necesita ser.
E.L. James, autor de la novela “50 sombras de Grey”

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