Hoy tengo más frío del debido, y no es por el tema del clima, se enfría la espera, la piedra gris en el jardín, el árbol que se queda sin sombra, la tierra que socava la máquina en La Puya, la sexta con sus ventas desmanteladas

Está frío también el teclado del computador, y el monitor con escenas de ciudades derretidas de pánico, el mar que atraviesan los sirios, y el cadáver del niño en la portada de un periódico.

Está fría el arma del sicario que espera la indiferencia. Y las lentes empotradas en mis ojos, es la primera vez que siento lágrimas que se congelan y no salen.

Y sigo oyendo palabras líquidas y gélidas, sin paisajes blancos ni diáfanos, pesadas y absurdamente ausentes.

Poncho Porres

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