Por Ana Lázaro Verde 

Madrid
Agencia/dpa

Eduardo Galeano quiso dejar un último regalo a sus lectores antes de morir: «El cazador de historias», un libro de relatos en los que sigue el hilo de algunos de los grandes temas de su obra y en los que, además, se descubre por primera vez a sí mismo.

En el volumen, que la editorial Siglo XXI publica en España un año después de su fallecimiento, el autor de «Las venas abiertas de América Latina» narra con humor, ironía y ternura pasajes de su vida, de sus viajes y de las personas que le marcaron, habla sobre su votación literaria y ofrece anécdotas sobre la recepción de su obra.

«Siempre fue muy reticente a hablar de sí mismo, pero probablemente por las circunstancias en las que se gestó este libro y por la sensación que él tenía de que se acercaba el final, el lector va a poder acercarse de forma muy sutil a unas notas autobiográficas», explica a dpa Jesús Espino, editor de Siglo XXI en España.

Galeano se enfrentó también con su pluma a la muerte, que tan de cerca le acechaba en esos momentos y a la que miraba con curiosidad y «sin grandes alharacas ni grandes gritos».

«Él era muy consciente de que iba a ser su último libro. Y se negaba a irse sin dejar un regalo a sus lectores, aunque le costaba mucho trabajo en sus circunstancias», explica Espino.

El escritor uruguayo dejó preparados los textos, los dibujos y hasta la portada del volumen, en la que aparece el llamado «monstruo de Buenos Aires», un guiño irónico a la mirada exagerada que el mundo eurocéntrico dirigía a los pueblos originarios de Latinoamérica.

«Escribir cansa, pero consuela», expresó el escritor e intelectual en uno de los relatos que ahora ven la luz en este volumen póstumo, que será presentado el miércoles en Madrid y que ya fue publicado en su país de origen, Uruguay.

Los que le conocieron le recuerdan como ese «cazador de historias» al que hace referencia su título, armado con su libreta y dispuesto siempre a recoger cualquier episodio. Pero su editor asegura que era «algo más». «Mimaba a su presa, le daba forma y la despojaba de todo lo anecdótico hasta dejarla en su esencia», explica.

Junto con las historias más personales, el autor rescata en sus relatos las grandes constantes de su obra, como la reivindicación de la dignidad de «los nadies», la naturaleza, el desprecio colonialista europeo, el valor de la mujer y, también, como no podía ser menos, el futbol, una de sus grandes aficiones.

«El cazador de historias» estaba listo un año antes de la muerte de Galeano, pero su enfermedad, un cáncer de pulmón, hizo que su publicación se pospusiera para evitarle un mayor desgaste físico.

A su planteamiento original se añadieron después los esbozos de una nueva obra que el escritor preparaba, a la que pretendía llamar «Garabatos», bajo la supervisión de su viuda, Helena Villagra.

El libro que ahora se publica pone el punto final a una de las obras más importantes de la literatura latinoamericana, con piezas fundamentales como «Las venas abiertas de América Latina» (1971) o la trilogía «Memoria del fuego» (1982-1986).

«Siempre se hace duro cuando de repente alguien que alimenta tu vida intelectual ya no está y deja de ofrecer sus libros. Lamentablemente, no va a haber más. Afortunadamente, hay unos cuantos», expresa Espino.

Su muerte, el 13 de abril de 2015, sacudió al mundo de la cultura, el de la política y el del deporte. La pluma de Galeano se secó a los 74 años, pero siempre quedarán sus «regalos».

“…el autor rescata en sus relatos las grandes constantes de su obra, como la reivindicación de la dignidad de «los nadies», la naturaleza, el desprecio colonialista europeo, el valor de la mujer y, también, como no podía ser menos, el futbol, una de sus grandes aficiones.”

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