Madrid
Agencia/dpa

Cientos de personas se manifestaron el fin de semana en el centro de Madrid para pedir la abolición del polémico torneo del Toro de la Vega, un festejo popular en el que decenas de corredores con lanzas persiguen a un toro a pie y a caballo hasta darle muerte.

_Cul28_2B«Tortura no es cultura» o «Tauromaquia abolición» fueron algunos de los lemas coreados por los detractores del torneo, celebrado cada mes de septiembre en Tordesillas, en la provincia de Valladolid (centro), y en el que gana quien asesta la lanzada mortal al animal.

La manifestación, convocada por el Partido Animalista (PACMA), partió desde la plaza de la Puerta del Sol, donde decenas de personas hicieron el acto simbólico de «romper una lanza» por el astado que el próximo martes será lanceado en Tordesillas.

PACMA entregó hace unos días 120.000 firmas al Partido Socialista (PSOE), que gobierna en Tordesillas, para exigirle la cancelación del festejo. El alcalde de la localidad denunció el sábado que recibe amenazas por permitir su celebración.

A 30 kilómetros de Tordesillas, en Valladolid, 5.000 personas defendieron hoy los festejos taurinos en otra manifestación. Entre ellas, destacó un grupo de simpatizantes del Toro de la Vega, que advirtieron que este año no permitirán un boicot de los antitaurinos.

«¡Esta vez, se acabó! ¡Nos vamos a defender!», corearon durante la concentración.

La polémica en torno al Toro de la Vega se repite cada mes de septiembre. Las protestas llegan a Tordesillas el día de su celebración, cuando suelen producirse enfrentamientos entre los defensores y los detractores del festejo.

Algunos participantes incluso se oponen a que sea filmado, no solo por los que denuncian la violencia contra el animal sino también por periodistas.

En España existen algunos precedentes en la prohibición de fiestas populares que provocaron críticas por ser consideradas crueles.

Un caso es el de los llamados toros de Coria, celebración en la que los vecinos de esta localidad de Extremadura (oeste) lanzaban dardos a los astados durante un encierro taurino. En 2009, el ayuntamiento prohibió esta práctica aunque el encierro se sigue celebrando.

En otra localidad de Castilla y León, Manganases de la Polvorosa, los jóvenes del pueblo lanzaban una cabra desde lo alto de un campanario. La polémica estalló a principios de los años 90 y en 2002 el alcalde lo prohibió.

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