Gustavo Sánchez Zepeda
Escritor

En 1993, en el Paraninfo Universitario, iniciaron unos talleres de poesía y cuento coordinados por Marco Antonio Flores.  Me enteré de ellos posteriormente pero no quise llegar así nada más, busqué una persona que me presentara.  Finalmente lo logré a través de un viejo conocido que también es originario de Xela, el Chilero.  Resabios de la guerra interna, no puedes presentarte casualmente, podrías ser considerado oreja.

Los últimos años de los talleres fueron auspiciados por Óscar De León Castillo, un gran tipo.  Las reuniones fueron en el garaje de la Editorial Óscar De León Palacios, los proyectos editoriales que se generaron entre Marco Antonio y él fueron varios y no sería correcto dedicarles únicamente un párrafo, por eso lo dejo para otro recuerdo.

Cuando los talleres llegaron a su fin, la escritora Ligia Rubio-White, mujer vital y maravillosa persona, abrió las puertas de su casa para continuar la experiencia.  Los viernes por la noche era la cita, no se necesitaba llevar nada más que un texto para compartir.  Llegaba quien así lo deseaba y finalmente nos fuimos quedando unos cuantos.  A la Casa del Cuento, así nombró Ligia a su casa, llegó la noticia que la Editorial Cultura, del Ministerio de Cultura y Deportes, iba a publicar dos libros, uno de poesía y otro de cuento.  Así nació Novísimos, el poemario.  El nombre lo eligió Marco Antonio Flores, quien gestó el libro en la editorial gubernamental, la cual estaba a cargo de Juan Fernando Cifuentes y contaba con el apoyo de Isabel Aguilar Umaña.

Están los Novísimos españoles o generación del 70; los Novísimos cubanos, que surgieron en los 80; y los Novísimos guatemaltecos, al finalizar la época de los 90.  De alguna manera el nombre del libro se fue generalizando y de pronto llamaron Novísimos a quienes llegamos a la Casa del Cuento, después a los escritores que participaron en los talleres de Marco Antonio Flores y, finalmente, a una gran cantidad de escritores de la época que no necesariamente compartieron con nosotros.  Pero los Novísimos originales, los del libro, son ellos: Maya Cú, Juan Carlos Lemus, Alfonso Porres, Fernando Ramos y Emilio Solano.

Como producto del amor literario quedó una amistad que disfrutó la alegría de muchos bebés, hoy todos jóvenes adultos; compartimos los problemas de la precariedad económica que acompaña al trabajo artístico; también bodas, algunas separaciones, la pérdida dolorosa de uno de nosotros. Más que un lugar de reunión, la casa de Ligia fue el espacio donde se generó un vínculo que dura hasta nuestros días.  Dos de nosotros tienen características especiales: Gabriela Desiderio, hermana uruguaya que vivió en nuestro país, integrándose en forma entera al arte y el dolor de la Guatemala de la posguerra, hoy de regreso en su país; y el inexplicable Ángel Elías, quien no es de nuestra generación ni participó en nada de lo que les he compartido, pero está con nosotros desde hace más de diez años a partir de una entrevista que le hizo a Emilio Solano.  No somos un grupo literario, ni escuela, tampoco generación, no somos colectivo, no hemos hecho ninguna declaración conjunta.  Amamos la síntesis, la imagen y somos vínculo trascendente.  Además de los ya mencionados, seguimos diciendo: Patricia Cortéz, Gloria Hernández, Ligia Rubio-White, Cristina Tott y quien escribe estas líneas, Gustavo Sánchez Zepeda.

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