Fernando Mollinedo C.

Historiador y columnista Diario La Hora

Guatemala y los países que fueron conquistados por las invasiones españolas, cuentan desde hace más de 500 años con edificios gubernamentales, civiles y religiosos que son fiel expresión de la arquitectura de la época en que dicho imperio se expandió por el mundo.

El presente trabajo persigue ilustrar a los lectores del SUPLEMENTO CULTURAL de La Hora, a los turistas nacionales y extranjeros respecto a los principios básicos de la arquitectura española, sus influjos/influencias, estilos y composiciones utilizados en la construcción civil, gubernamental y religiosa en el transcurso de los siglos XIV y XV.

Cuando visitamos La Antigua Guatemala o ciudades y municipios, vemos en los principales lugares construcciones religiosas y algunas civiles que han desafiado al tiempo y permanecen algunas casi completas o en su caso sus ruinas; admiramos por encima dichas construcciones, pero desconocemos los elementos importantes de las mismas y cómo dicha arquitectura fue traída y aplicada por los arquitectos y constructores españoles, es decir, su significado; conoceremos entonces algunos aspectos para que en un futuro cercano podamos admirar y entender la arquitectura de tales construcciones.

Los estilos arquitectónicos obedecen a los mismos principios que explican la prolongación de la vida en el hombre, por la sobrevivencia de haber sido engendrado por otro ser generador de vida. Así como en la vida del hombre hay facetas que personalizan y demuestran su individualidad creando lo que podríamos llamar su “sello personal” que llevaban en su intimidad, así fue el mensaje de resurrección de España como nueva unidad patria (fusión de los reinos de Castilla y Aragón)

La arquitectura española después de la fusión de los reinos siguió con las tendencias góticas (arco apuntado con forma de ojiva, la bóveda de crucería, apoyo de los arbotantes y los pináculos) siendo consideradas como la sustancia mientras que lo mudéjar se consideró como accidente, algo casual u ornamental. Se principió a cambiar la piedra por la obra de albañilería; la piedra por el ladrillo y se fusionaron las características góticas-flamíferas (que obedece a las ornamentaciones asimétricas que se inspiran en las llamas) y mudéjares en la construcción.

En el gótico flamígero abundan las curvas y las contracurvas, aparecen las torres con flechas y chapitel (capitel) y se privilegió lo decorativo por encima de lo estructural, lo cual fue reconocido como el estilo Isabel representado en los templos católicos de una sola nave y la colocación del coro sobre la gran puerta de ingreso.

El estilo Plateresco nació de las formas importadas de Italia, es el que cronológicamente sigue al estilo Isabel; no fue una invención arquitectónica fue algo adscrito a los elementos decorativos, pero mantuvo con vigencia las maneras del gótico tardío con la presencia de los grutescos (del italiano grottesco, y este de grotta -«gruta»-​ es un motivo decorativo derivado de la decoración de las «cuevas» descubiertas en la Roma del siglo XV y que posteriormente se han identificado como habitaciones y pasillos de la Domus Aurea -el palacio que Nerón hizo construir tras el gran incendio-), los arabescos, las columnillas torneadas y la hojarasca florida. Consistió en un fenómeno de asimilación de un estilo extraño a lo español, como antes lo fue el gótico flamígero en la efervescencia isabelina.

Con el paso del tiempo, surgió otro estilo arquitectónico en España, el Cisneros una variedad decorativa de esencia netamente española, consistió en aliar las maneras del flamígero y del Renacimiento con las maneras acostumbradas en las viejas decoraciones españolas; en sus elementos compositivos están, por un lado, las ordenes renacentistas y por otro, las composiciones típicas de la decoración mudéjar que prácticamente era considerada nacional.

Los defensores de los dos estilos arquitectónicos en moda fueron los Cardenales Cisneros y Mendoza a mediados del siglo XV; Mendoza fue defensor del estilo italiano; Cisneros, sin oponerse a las características italianas, fue defensor del estilo mudéjar tradicional. La arquitectura española de la época, a primera vista pareciera una obra netamente musulmana, en la que después se apreciaron las labores de ataurique (Decoración de tipo vegetal característica del arte islámico) que fueron sustituidas por grutescos, laureas, balaustres, jarrones, candelabros, bustos y todos los recursos decorativos llegados de Italia, en un maridaje de motivos orientales y greco-romanos. 

La arquitectura española en las Indias fue el nuevo lenguaje de los arquitectos en aquel momento, pero no fue un remedo total de la construcción de la época en España; el uso del alicatado arabesco (uso de azulejos) y la yesería mudéjar (conservación de elementos del arte cristiano y el empleo de la ornamentación árabe) reflejan una situación o actitud espiritual y política espontánea y trascendente.

BIBLIOGRAFÍA:

BARROSO, JAVIER “LA ARQUITECTURA ESPAÑOLA EN EL TIEMPO DE LOS REYES CATÓLICOS” Anales de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala, Tomo XL, Guatemala 1967.

E-GRAFÍA:

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