Alfonso Mata
Tarde o temprano se tendrán que abrir los centros de educación. Para ello se hace necesario contar con algo que permita asegurar la estancia de educandos y educadores y el gobierno debería de haber lanzado ya públicamente en sus planteamientos y discusiones cómo hacer esto. Así que ya debería acercase y pedir diseño e implementación estratégica de un programa de seguridad para abrir y mantener abiertas de la manera más segura posible las instalaciones educativas.
HS: ¿Cómo ve un programa de esta naturaleza?
AM. Bien. Lo primero que nos debemos dar cuenta autoridades y población, es que se trata de seguridad. Entonces, ya aceptando ello, para enfatizar ese énfasis en la seguridad, debe pasarse a una estrategia de empoderamiento a la comunidad para que participe en esa misión crítica de seguridad. Eso a su vez es un tema de enseñanza e investigación de cómo interactuar centros educativos, autoridades y población.
HS: ¿Cuál es el corazón del programa?
AM. La vigilancia. Partamos de un hecho: los jóvenes son los vehículos más apropiados para la infección y trasmisión del SARSCoV2 y el instrumento más importante para seguirlos son las pruebas. Estas no son una solución milagrosa y realmente es necesario pensar en lo que se necesitaría para lograr pasarlas adecuadamente. Para eso, se necesita facilitar un conjunto de decisiones inteligentes sobre a quién probar, cuándo probar y con qué frecuencia repetir. Además de cómo comunicar estos resultados de una manera que sea máximamente procesable y de gran uso e impacto entre todos los involucrados.
Esta estrategia debe ser parte de algo más integral y acompañarse con otras estrategias de mitigación, que son de tipo personal (mascarillas, medidas sanitarias etc) que también son importantes.
De tal manera que en todos los programas que resulten de esas estrategias, el docente, el alumno, los administradores y los padres de familia, a la vez que son sujetos de vigilancia, son parte de ella y de sus soluciones. Pero algo necesario: se debe asociar el esfuerzo de los centros a los programas nacionales de vigilancia locales tanto de control como de intervención.
HS: Qué puede hacerse de inmediato
AM: Este es un trabajo entre universidades y Estado. Hay un problema alarmante que se reconoció muy pronto por los centros educativos: que los protocolos y pruebas y estrategias que estaban disponibles probablemente no iban a ser suficiente. Entonces, se necesita que las unidades de investigación de las universidades generen nuevas pruebas y más rápidas fáciles y menos costosas, de detección y vigilancia.
Por lo tanto, resulta obvio que un programa educativo está destinado a ser un modelo epidemiológico y de datos, desde una perspectiva de intentar anticipar quién necesita hacerse la prueba y con qué frecuencia, para tener la máxima posibilidad de mitigar la propagación e incluso el aparecimiento de casos en el espacio educativo.
HS: ¿Innovar? ¿Misión universitaria?
AM: ¡Sí! ¡innovar!. Veamos este ejemplo. Para todos desde el principio ha sido evidente que el hisopo nasal no es suficientemente accesible. Por lo tanto, el reto era encontrar una manera de hacer una prueba mucho más rentable, mucho más escalable y mucho más fácil de realizar de forma regular. Entonces, a la universidad de ILLINOIS se le ocurrió una nueva prueba basada en saliva que va directamente de la saliva a la lectora PCR y tiene características clave que la hacen muy rápida y muy escalable. Qué se saca del ejemplo: primero se sabe que los test por su costo y necesidad de aplicación son un dolor y difíciles, un cuello de botella (bottlenecks) entonces se buscó una prueba rápida y eso puede esquematizarse de la siguiente manera en donde la universidad de Illinois juega un papel fundamental como proveedora de ciencia y tecnología: simplifica todo el proceso desde el muestreo hasta la lectura.
HS: Aspectos clave dentro del programa
AM: Uno educación dos educación y tres educación dentro y fuera de las aulas, sobre: qué se hace, por qué y para qué y cómo. Solo entonces viene lo segundo: los resultados se deben comunicar directamente al teléfono del usuario de una manera totalmente compatible con la privacidad. Pero y en esto debe haber consentimiento previo, también el centro educativo debe estar comprometido a poner en contacto directo con personal de salud dentro de la comunidad a las personas afectadas.
La divulgación académica de lo que debe hacerse debe ser motivo de promoción y publicidad pública y de los centros docentes clara y completa. Muy brevemente, en el lado objetivo, las universidades deberían formar equipos sobresalientes de profesionales y estudiantes de varias disciplinas, que deberían exponer al público y autoridades cómo se vería esto si no hiciéramos nada. Y luego sugerir y publicitar ¿qué tipos de paquetes de mitigación darían nosotros la mejor oportunidad de éxito y el papel que corresponde jugar a cada quién?. En resumen, si no hicimos nada, el modelado predijo que sucede esto: prácticamente todo el mundo se infectaría con COVID-19, y sucedería bastante rápido y con estas malas consecuencias. A la par y como contraste, el modelo que se quiera implementar, debería enseñar que si se hacen las acciones escolares así como alto cumplimiento de niveles de las máscaras y distanciamiento social el resultado sería positivo.
HS: El modelo en su realidad puede clasificar al personal y los estudiantes que tengan hallazgos positivos
AM: No se trata solo de clasificar sino de obtener resultados que disminuyan riesgo y propagación: para ello hay que trabajar simultáneamente las poblaciones clasificadas: susceptibles, infectadas, recuperadas, en cuarentena, aisladas etc.
Cada uno de ellos tendría su protocolo de atención y seguimiento pero entre ellos hay un objetivo: disminuir los infectados, aislar y mantener a raya los susceptibles.
HS: Y para ello ¿qué se necesita?
AM: Creo que el siguiente gráfico resume mejor lo que podría decir:
En cada uno de esos pasos, la contribución técnico científica y docente de los centros de investigación universitarios seria de valiosa contribución. Que si unimos estas cosas, tendríamos una gran probabilidad de tener éxito, lo que conduciría a una cantidad muy controlable de infecciones totales que el sistema de salud pública podría manejar.