El doctor Eduardo Arathoon es un reconocido médico e infectólogo guatemalteco. Foto: UFM

Por Ana Lucía González
agonzalez@lahora.com.gt

El doctor Eduardo Arathoon es un reconocido médico e infectólogo guatemalteco con una especialidad en micología (estudio de hongos). Más de 40 años de carrera profesional dan cuenta de una serie de aportes en la investigación sobre el VIH/SIDA en Guatemala, así como la atención de miles de pacientes a través de la clínica Luis Ángel García, del Hospital General San Juan de Dios, ubicada en la 2ª avenida y 11 calle de la zona 1.

La lucha contra el virus del VIH implica nuevas formas de tratamiento y prevención. De esa cuenta, el manejo de datos nacionales y regionales para determinar las causas específicas de la mortalidad por VIH, como el impacto de algunas enfermedades infecciosas, son elementos clave para desarrollar una estrategia local con resultados efectivos.

La reciente investigación, presentada ayer en la nota “Estudio: Detección rápida de infecciones oportunistas reduce mortalidad del VIH” fue el resultado de un trabajo en equipo con micólogos nacionales e internacionales con fondos de GAFFI (Global Action Fund for Fungal Infections). Esta es parte de la conversación.


¿A qué se debe que la histoplasmosis es una infección tan recurrente en Guatemala?

Vivimos en una zona hiperendémica. El 56% de la población normal del país está infectada por histoplasmas, cuya causa es por el excremento de aves y murciélagos. En Guatemala tenemos más de 100 especies de murciélagos, y más de 700 especies de aves. Los murciélagos son mamíferos abundantes en Guatemala, son beneficiosos porque comen una cantidad asombrosa de insectos diarios.

Hay muchas más infecciones oportunistas. En este artículo nos centramos en tres: histoplasmosis, tuberculosis y criptococosis, debido a que son las más letales. A esto se añade que Guatemala es el país donde los pacientes llegan más tarde a buscar atención por VIH.

¿A QUÉ SE DEBE ESTO?

Porque tenemos el Ministerio de Salud más débil de América Latina, incluso que la mayoría de los países de África. Es una cartera que no le han dado presupuesto, como tampoco se han preocupado por la salud de la población en los últimos 50 años.

En Guatemala, el 52% de los pacientes llega a pedir asistencia con el VIH avanzado, por eso vemos miles de hongos y están debilitados. En África, llegan con el 40% de avance, en promedio. Y los pacientes indígenas con el 62% de avance. Es la cifra más alta que encontramos en el mundo.

Foto ilustrativa. A un paciente le realizan un examen oral de VIH. Foto La Hora

¿En qué momento se pueden salvar si llegan a tiempo?

Si llegan a tiempo, el CD4 (conteo de linfocitos) arriba de 200. Casi solo el 20% tendría problemas y un 80% estaría sano y nunca se enfermaría.

¿Cuáles son los hallazgos más notables en cuanto a género o grupos étnicos?

La población de hombres que tienen sexo con hombres (HSH) suele llegar más temprano, porque están más conscientes de la enfermedad. Tienen redes sociales que los invitan a hacerse pruebas todo el tiempo. El resto de la población cree que nunca les va a pasar nada, y el Ministerio de Salud tampoco ofrece muchas pruebas. Esta es la clave para encontrar casos tempranos. Usted puede vivir cinco años con VIH antes de percatarse que tiene el virus.

¿Qué porcentaje tiene infecciones?

Este país no tiene buen acceso a los servicios de salud, no cuenta con recursos para las pruebas. Los centros de salud son casas mínimas que disponen de jarabes para la tos y aspirinas. Esto no ayuda a nadie. Ahora con la pandemia es la oportunidad de levantar estos centros, pero en esa cartera la mayoría de la gente no está preparada. Los salarios son bajos, por tanto, el personal que atiende no necesariamente está por capacidad, sino por otras razones.


¿Qué tanto se dejó de atender el programa de VIH por la pandemia?

Muchos pacientes con VIH viven fuera de la capital. Solo el hecho de suspender el transporte… la mayoría perdió su trabajo, por tanto, no tienen dinero para asistir a la clínica.

¿Qué se puede hacer ante este escenario?

Muchas de estas enfermedades ya estaban mal atendidas. Ahora lo están mucho más. Lo que estamos haciendo ahora es conseguir dinero para mandarles las medicinas por empresas de mensajería local. También aplicamos la telemedicina, pero en muchos casos, los pacientes no tienen un teléfono inteligente, entonces no podemos verle la cara y no sabemos si están mal o no.

Hemos visto casos de gente que al regresar a la clínica ya han perdido 20 libras. Tienen diabetes y están totalmente descontrolados. Entonces se están muriendo, más por descuido de VIH, que por el Covid-19. Algunos pacientes se han infectado de Covid y les ha ido bien si toman su medicina en forma correcta.

Por otro lado, hemos visto casos de obesidad en pacientes con VIH. Resulta paradójico, pero la misma pobreza y falta de ayuda, los obliga a consumir comida barata y esto los hace ganar peso. Todo esto complica el cuadro clínico.

En la fotografía medicamentos usados en las terapias antirretrovirales contra el VIH, sida. Foto La Hora

¿Cuáles son los siguientes pasos en la investigación?

Las clínicas de VIH distribuidas a lo largo del país, nos estamos uniendo para manejar en un solo sistema una hoja electrónica con los datos de todos los pacientes. Esto permitirá analizar los medicamentos, cuántos pueden optar determinada medicina, llevar un mejor control.

¿Y un modelo descentralizado sería la solución?

Sabemos que como está ahora no funciona. Con solo dos palabras: “voluntad política” podemos terminar con estos problemas tan serios.

Por otro lado, es importante aclarar que la persona que toma bien su tratamiento y está bien controlada, no contagia. De manera que el objetivo de detectar a todos los positivos (tratamiento inmunidad de rebaño) logra que cuando se tiene una población numerosa que no contagia, la población con VIH irá disminuyendo en el país.

Sabemos que el condón no funciona, las preferencias sexuales no cambian. Lo único que podemos afirmar es que el tratamiento oportuno, es la mejor manera de prevención que existe en el mundo.


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