Alfonso Mata
UBICANDO EL PROBLEMA
Según estadísticas nacionales e internacionales, las afecciones cardiovasculares o
respiratorias, el cáncer y la diabetes causan tres de cada cuatro muertes en el continente.
Iniciativas para la prevención y control, tales como la eliminación de grasas trans de los
alimentos, campañas para la ingesta óptima de sal y yodo, el consumo de frutas y
verduras, la realización de actividad física, medidas contra el tabaco y la regulación de la
publicidad para los niños, si bien han ayudado, no han tenido el efecto esperado en estas
enfermedades y se ve cuesta arriba reducir el 25% de las muertes prematuras por
enfermedades cardiovasculares o respiratorias crónicas, cáncer y diabetes para el 2025
como se había establecido de meta. Es indudable que con el objeto de disminuir la
morbimortalidad, mortalidad relacionada con las enfermedades cardiovasculares, es
fundamental que la prevención y el control se lleven a cabo en dos niveles: del individuo y
de la población.
LA MAGNITUD DEL PROBLEMA
En un reporte del 2016 el MSPAS 1
hacia ver la tendencia del aumento de las
enfermedades no transmisibles y que en el período 2008-15, había habido un aumento de
casos con hipertensión del 74%, de diabetes del 68% y de enfermedad renal crónica del
52%. Todos ellos, factores de riesgo relacionados con muerte súbita cardiovascular (MSC)
y similarmente señalaba ese informe, lo heterogéneo del problema en cuanto a zona
geográfica y población y la localización. El informe también indicaba que la distribución de
tasas de prevalencia por grupos de edad y sexo, incrementan a partir de los 40 años para
ambos grupos; sin embargo, más alta en el sexo femenino, en todos los grupos de edad.
Es de hacer notar que, durante la década del 10-20 a pesar de esos resultados, no se hizo
encuesta alguna al respecto.
INSUFICIENCIA CARDÍACA
Podemos hablar que esto consiste en una disfunción (mal funcionamiento) ventricular
debida a una anomalía del corazón que se asocia con reacciones hemodinámicas, renales
y hormonales típicas, y que caracteriza el síndrome clínico de insuficiencia cardíaca. La
definición tradicional de insuficiencia cardíaca como la incapacidad de bombear una
cantidad de sangre suficiente para cubrir las necesidades metabólicas del organismo en
presencia de un adecuado retorno venoso, enfatiza principalmente la reducción del gasto
cardíaco, pero también en el aumento de las presiones intracardiacas. La sobrecarga de
presión o volumen, la disminución de la contractilidad, la pérdida de masa muscular o la
restricción del llenado representan los procesos patológicos más importantes que
conducen a la insuficiencia cardíaca.
Las causas comunes de insuficiencia cardíaca son la enfermedad de las arterias coronarias,
la hipertensión, las miocardiopatías, las enfermedades valvulares del corazón y las
enfermedades cardíacas congénitas, de cuya incidencia la enfermedad de las arterias
coronarias es responsable con mayor frecuencia. La mayoría de estas enfermedades
conducen a la insuficiencia cardíaca no a través de uno solo, sino de varios de los procesos
que funcionan mal. A medida que aumenta el trastorno de la función cardíaca, se activan
los mecanismos compensatorios: hipertrofia del músculo cardíaco, activación del sistema
nervioso simpático, el sistema hormonal renina-angiotensina-aldosterona y el sistema
arginina-vasopresina. El objetivo es mantener una presión arterial y un gasto cardíaco
adecuados, por lo que el flujo sanguíneo se redistribuye a favor del corazón y el cerebro y
se aleja de la piel, la musculatura y los órganos viscerales.
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA
En un foro público, un eminente cardiólogo español señalaba que: “Como médicos
podemos hacer mucho para ayudar a los pacientes, pero realmente es más importante lo
que ellos hagan porque puede mejorar muchísimo su pronóstico: dejar de fumar; seguir
una alimentación equilibrada; perder peso, si es necesario, y hacer un poco de ejercicio.”
La cardiopatía isquémica o enfermedad coronaria se produce cuando las arterias que
suministran sangre al músculo del corazón se obstruyen, de manera parcial o completa,
por lo que no les llega el flujo sanguíneo a los tejidos del corazón en forma debida. Una
parte importante de los portadores de cardiopatía isquémica fallecen de forma súbita,
ésta constituye un problema de salud aún no resuelto y tiene en la hipertensión arterial, el
factor de riesgo que con más frecuencia se le asocia. La hipertensión arterial muchas veces
ignorada o mal controlada por el que la padece, parece desempeñar su papel patogénico
principal al aumentar las fuerzas que ejerce la sangre y sus componentes sobre el
endotelio arterial.
Lo que se ha encontrado en la relación con ateroesclerosis, es que se distribuye de
manera similar entre los menores de 60 años y los de edades entre 60 y 75 años, pero con
la edad va siendo más grave. Los fallecidos extrahospitalarios por esta causa son más que
los intrahospitalarios. El peso del corazón de los fallecidos por muerte casi duplica el del
grupo control, lo que habla de la importancia de la cardiomegalia entre los signos a
considerar para evitar la muerte. Todas las lesiones ateroscleróticas y los índices de
estimación de gravedad, obstrucción y estenosis, muestran valores mucho más elevados
en el grupo que muere por esta causa. El perfil aterosclerótico de las arterias coronarias
de los hipertensos fallecidos se caracteriza por lesiones más graves que interfieren con el
aporte sanguíneo al miocardio.
LA ENFERMEDAD CARDÍACA LLAMADA MIOCARDIOPATÍA HIPERTRÓFICA (MCH)
El trastorno cardiovascular monogénico más común, es diverso en presentación e historia
natural, con frecuencia se malinterpreta y, a menudo, no se reconoce en la práctica
clínica. Hace 55 años, se le llamó estenosis subaórtica hipertrófica idiopática. La
comprensión de las características diagnósticas, los factores genéticos, el curso clínico y el
manejo del amplio espectro de este problema ha evolucionado considerablemente,
particularmente en los últimos 20 años. Ha surgido una vasta literatura y, en muchos
aspectos, la morbimortalidad contemporánea difiere notablemente de la enfermedad de
épocas anteriores.
TODO SE JUNTA AL FINAL
Los problemas del corazón de que hemos hablado y tratado en los párrafos de arriba, no
significa que el corazón haya dejado de funcionar. Más bien, significa que el corazón
funciona de manera menos eficiente de lo normal; que nos altera funciones orgánicas y
que limita nuestra actividad y propicia cambios de comportamiento. Debido a varias
causas posibles, la sangre se mueve a través del corazón y el cuerpo, a un ritmo más lento
y aumenta la presión en el corazón. Como resultado, el corazón no puede bombear
suficiente oxígeno y nutrientes para satisfacer las necesidades del organismo. Las
cavidades del corazón pueden responder cambiando tamaño y funcionando un poco
diferente, para permitir no alterar tanto el volumen sanguíneo que disparan o bombean a
todo el cuerpo con ritmo y volumen, pero eso altera los tejidos especialmente el músculo
del corazón, volviéndose rígido y engrosado. Esto ayuda a mantener la circulación de la
sangre, pero las paredes del músculo cardíaco pueden eventualmente debilitarse y
volverse incapaces de bombear tan eficientemente. Los riñones pueden responder
haciendo que se retenga líquidos (agua) y sal. Si se acumula líquido en los brazos, piernas,
tobillos, pies, pulmones u otros órganos, el cuerpo se congestiona. Insuficiencia cardíaca
congestiva es el término utilizado para describir la afección.
Pero también debemos tener claro que un ataque del corazón, un ataque cardíaco ocurre
cuando una arteria coronaria se obstruye repentinamente, lo que detiene el flujo de
sangre al músculo cardíaco. Un ataque cardíaco daña el músculo cardíaco, lo que da como
resultado un área cicatrizada que no funciona como debería y si la persona sale del
ataque, vuelve el problema del corazón isquemias, aumento de grosor de las paredes, etc.
Enfermedad de las válvulas del corazón, enfermedad de la glándula tiroides, enfermedad
renal, diabetes o defectos cardíacos presentes al nacer pueden causar también trastornos
cardíacos como ya dijimos.
Entonces, los síntomas que puede tener una persona con un corazón ni funcionando bien,
pueden ser constantes o pueden aparecer y desaparecer. Usted con corazón dañado
puede presentar varias cosas: palpitaciones más rápidas e irregulares, pulmones
congestionados y entonces dificultad para respirar con el ejercicio o dificultad para
respirar en reposo o cuando está acostado en la cama, tos seca y áspera o sibilancias.
Retención de líquidos y agua, lo que resulta en tobillos, piernas, abdomen hinchados
(llamado edema) y aumento de peso. Los síntomas pueden causar una mayor necesidad
de orinar durante la noche. La hinchazón en el estómago puede causar pérdida de apetito
o náuseas, mareos, fatiga y debilidad. Menos sangre a sus principales órganos y músculos
lo hace sentir cansado y débil. Menos sangre al cerebro puede causar mareos o confusión.