Estamos hablando de dos entidades de alta frecuencia en nuestro medio que pueden interactuar en una persona, de forma que a veces pueden ser la causa o la consecuencia la una de la otra.

Las ETS o ITS

Cuando hablamos de infecciones sexuales, como su nombre de por sí ya lo indica, hablamos de las enfermedades de transmisión sexual (ETS), o infecciones de transmisión sexual (ITS). Son infecciones que se transmiten de una persona a otra a través del contacto sexual. Más de 30 bacterias, virus y parásitos diferentes se transmiten a través del contacto sexual y producen enfermedad. El contacto suele ser sexo vaginal, oral o anal. Pero a veces pueden contagiarse a través de otro contacto físico íntimo. Esto se debe a que algunas ETS, como el herpes y el virus del papiloma humano, se transmiten por contacto de piel a piel. Algunas ITS también pueden transmitirse de madre a hijo durante el embarazo, el parto y la lactancia.

La mayoría de las ETS afectan tanto a hombres como a mujeres, pero la susceptibilidad para adquirir el organismo causante si cambia. En muchos casos la invasión y los problemas de salud que provocan pueden ser más graves para las mujeres. En el caso de la mujer si está embarazada y tiene una ETS, puede causar serios problemas de salud al bebé y en su formación, dependiendo de la enfermedad de que se trate y el período del embarazo en que se adquiere o previo a este.

 

En la literatura, vamos encontrar referencia de las ETS con muerte, cáncer, en la salud sexual y reproductiva, sintomatología local, dolor, malestar, manchas etc, pero rara vez asociada con salud y enfermedad mental.

Es importante buscar tratamiento de inmediato si sospecha que se tiene una enfermedad de transmisión sexual, porque afecta la salud a largo plazo.

Enfermedad mental

Cuando hablamos de enfermedad mental hablamos del cerebro de su estructura como de su funcionamiento. De cambios anómalos en la una o en la otra o en ambos. Del cerebro no sabemos aún del todo cómo funciona. Los expertos han dado por dividir en dos partes sus capacidades y condiciones y manifestaciones que aunque relacionadas ambas con el cerebro significan cosas diferentes. Las «orgánicas» y las «psicológicas».

Las condiciones orgánicas se relacionan con células que forman tejidos y estos órganos y cuando estos se ven sometidas a enfermedad o daño por causas extrañas como pueden ser substancias químicas o microorganismos, accidentes o malformaciones, alteran su funcionamiento y acoplamiento y entonces alteran diferentes aspectos de la personalidad y la capacidad de una persona para hacer cosas.

Las condiciones psicológicas se relacionan con la forma en que pensamos y procesamos los sentimientos y la información que recibimos. Tiene que ver con experiencia y uso.

Los síntomas al daño orgánico o psicológico, pueden ser similares, pueden sumarse, pero ambos requieren un tratamiento ligeramente diferente. El daño cerebral a células y órganos cerebrales como corteza, meninges, lóbulos y otras estructuras propias del cerebro, puede ser causado por afecciones neurológicas infecciosas (virus, bacterias, arasitos) y no infecciosas como químicos, cánceres, traumatismos, accidentes cerebrovasculares y se dice que dañan algo del cerebro físicamente. Esto dificulta que los mensajes del cerebro se coordinen entre si y produzcan funcionamiento adecuado o lleguen a otras partes del cuerpo y comprenda las situaciones y organicen respuestas. Las personas pueden superar parte del daño al volver a entrenar su cerebro para que piense de una manera diferente. Las condiciones degenerativas como la demencia son irreparables y requieren un cuidado especial.

 

La enfermedad mental tiene muchas causas y puede ser crónica o una respuesta a una situación estresante y difícil, ambas alteran funcionamiento.

Se considera que la enfermedad mental es invisible. Que tiene consecuencias devastadoras para quienes la padecen y quienes los rodean. La mayoría de las personas experimentan una enfermedad mental en algún momento de sus vidas, pero lo mantienen en silencio porque todavía existe un estigma asociado a todo lo que tiene que ver con comportamientos. Las relaciones con otros, el trabajo o los problemas económicos, son solo algunos de los desencadenantes del estrés que puede favorecer el aparecimiento de la depresión y la ansiedad. Muchas personas se las arreglan para continuar con sus vidas haciendo frente a su enfermedad, mientras que otras encuentran que la condición les debilita. Los síntomas se manifiestan como; pensamientos suicidas, pérdida o aumento del apetito, fatiga, inquietud, cambios de humor, dificultad para relacionarse con las personas, sentirse separado del mundo y simplemente no poder afrontarlo.

La enfermedad mental no discrimina entre edad, clase y cuán perfecta es la vida. Es muy importante que busque tratamiento porque el sentimiento negativo distorsiona la realidad de su vida, afecta órganos internos como el aparato digestivo, muscular, todo el sistema hormonal, otros órganos y funciones del cerebro y puede tener consecuencias trágicas.

Los problemas de salud mental (trastornos mentales) son patrones psicológicos y conductuales que están asociados con el sufrimiento emocional o la discapacidad (es decir, el deterioro del funcionamiento), la pérdida de la libertad y el aumento de la mortalidad. Se supone que estas condiciones surgen de una disfunción biológica, conductual o psicológica dentro del individuo.

¿Pueden las enfermedades de transmisión sexual causar enfermedades mentales?

Las enfermedades de transmisión sexual, además de daños visibles muchas veces en el cuerpo, conllevan un grado de estigma y vergüenza que hace que la persona que la padece se sienta mal consigo misma. La culpa conduce a la depresión y otros problemas de salud mental, por lo que tener una enfermedad de transmisión sexual afecta la salud mental.

La sífilis es una ETS que causa directamente problemas de salud mental si no busca tratamiento, que además puede dañar estructuras cerebrales y nerviosas. En el caso de la mujer, como mínimo, se arriesga a la angustia y al trauma mental de la infertilidad más que el hombre. En el peor de los casos, tanto mujer como hombre corren el riesgo de sufrir una demencia temprana y una enfermedad mental. Pero a la vez, las ETS son lo suficientemente estresantes, como para sumergir a las personas en una profunda depresión. Se ha visto que un diagnóstico de VIH es extremadamente traumático y suele requiere en muchos y muchas, asesoramiento para ayudarlo a aceptarla. Tener herpes recurrente no solo es incómodo, sino un recordatorio constante de que se tiene una ETS. La infertilidad debida a la clamidia otra ETS, causa angustia y malestar incalculables a las parejas que desean tener un bebé. El impacto de las ETS en la salud mental de las personas es devastador si afecta sus sueños de futuro. La sífilis por ejemplo daña el cerebro y posiblemente cause demencia en el futuro si no se trata. Muchos arrendatarios psicóticos y locos del mundo tenían sífilis.

Las ETS causan un daño incalculable a la mente y al cuerpo. Las infecciones que dañan el SNC como la sífilis, provocan síntomas posteriores de trastornos del estado de ánimo. Existen numerosas descripciones de una asociación entre la inflamación (crónica) del SNC y la esquizofrenia inflamación que se ve con el VIH y la sífilis y no se crea que esto no es común: OMS en 2016 estimó que casi un millón de mujeres embarazadas, estaban infectadas con sífilis, lo que resultó en más de 350,000 resultados adversos en el parto, incluidos 200,000 mortinatos y muertes de recién nacidos.

Problemas para su Control

A pesar de los esfuerzos considerables para identificar intervenciones simples que puedan reducir el comportamiento sexual de riesgo, el cambio de comportamiento sigue siendo un desafío complejo, cosa similar pasa con los que padecen algún trastorno en su salud mental, que debido a conductas de riesgo que asumen y a comportamientos anómalas, asumen riesgo en comportamiento sexual que facilitan que adquieran ETS.

A lo anterior se suma que muchas personas que buscan pruebas de detección y tratamiento para una ETS o que buscan atención a sus problemas de salud mental, se enfrentan a numerosos problemas con el sistema de salud. Estos incluyen recursos limitados, estigmatización, mala calidad de los servicios y, a menudo mala orientación.

La relación entre la enfermedad mental y las ETS, la alta incidencia y prevalencia de ambas, debería ser considerado como un foco potencialmente importante con implicaciones para los programas de prevención. Puede existir una relación entre las condiciones de salud mental y las ETS porque los pacientes con interacciones sociales y sexuales complejas y variadas pueden experimentar mayores necesidades de ambos tipos de servicios.

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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