Alfonso Mata
Acabamos de celebrar el día de la tierra. Días atrás se realizó una reunión sobre el calentamiento global.
HS: ¿Es posible establecer un paralelo entre la lucha contra la pandemia de coronavirus y la lucha contra el calentamiento global?
AM: Aunque no existen relaciones directas bien documentadas entre la variación climática y la propagación de la pandemia, existen dos factores comunes a ambas crisis: la deforestación y la propagación de la pandemia. Antes de establecer un paralelo entre las dos crisis, es necesario comprender las similitudes de sus causas
La deforestación contribuye a la globalización de emisión de gases de efecto invernadero y redjuce el almacenamiento natural de carbono, ayuda a conectar a las personas con especies silvestres favoreciendo la transmisión de zoonosis. Por su parte, la globalización del comercio está acelerando la transmisión del virus, especialmente con el transporte y movilización masiva de gente. La globalización juega un papel en el calentamiento global, porque se basa en las reglas de la Organización Mundial del Comercio que tienen como objetivo maximizar el comercio, sin tener en cuenta el calentamiento global.
HS: ¿Qué pasa con la ciencia en todo esto?
AM: El papel de los científicos es proporcionar un diagnóstico y sugerir soluciones para el control de lo que esta malo. La ciencia tiene que decirlo, pero corresponde a los líderes políticos tomar las decisiones. Esto es más o menos lo que está sucediendo en todo el mundo: los gobiernos a pesar de contar con consejos científicos de la pandemia Covid-19, y tomar en cuenta sus opiniones en sus decisiones, tienen en cuenta otras limitaciones sociales y económicas para adoptar medidas, a lo que suman muchas veces intereses personales e incluso se aprovechan de la pandemia para satisfacerlos mejor (tal como ocurre en nuestro país).
HS: Un año después del encierro, ¿qué nos ha enseñado la crisis sanitaria en la lucha contra el calentamiento global?
AM: El declive de la actividad económica ha llevado a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de alrededor del 6 al 7% en todo el mundo y en algunos países un poquito más. Se dice que esos niveles mundiales no son suficientes para lograr una reducción o para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Por tanto se está viendo que no basta con reducir la actividad económica; para lograrlo, es necesario ir más allá: entrar a la forma en que opera la organización y el funcionamiento humano y su modelo de desarrollo. Eso significa repensar no solo el modelo y métodos de producción y uso, sino también aspectos derivados de ello: migraciones, deterioro ambiental, producción de desechos, que no solo alteran el ambiente sino el comportamiento de flora, la fauna y lo social. La crisis de la pandemia sumada a la ambiental lo está demostrando.
Lo interesante en todo esto es que en ambas crisis: la climática y la pandémica, las soluciones existen y se conocen. Su implementación es más complicada y lenta de lo esperado en cuanto más priven otros intereses en la toma de decisiones y su implementación. Las fricciones y las dificultades políticas y económicas, es el principal valladar para lograrlo y al contrario de evitarlas, van en aumento, a pesar del deseo común y consensuado de acabar con el virus y el calentamiento.
HS: ¿Cómo explicar esto?
AM: Respuesta fácil, es decir, no sorprende que estemos ante esas crisis pues la ciencia y la política no van de la mano; no juegan en el mismo equipo aunque si en la misma cancha. Así que ni la pandemia ni el calentamiento se resuelvan y eso no solo significa que no estamos preparados para enfrentarlas, sino que no hay interés alguno en hacerlo. En ambos temas hay un impacto sobre la población, producto y consecuencia de las decisiones que toman políticos e industria.
HS: ¿Dejadez?
AM: ¡No! más que eso, intereses en que no está dentro de la jugada el bienestar de la población. Cuando eso sucede, los países poderosos se llenan de soberbia esperando que sus sistemas de salud, de negocios y políticos los salven pero, estos no han sido diseñados para resolver crisis y esa lección nos la da claramente la pandemia. Eso va mas allá de la decidía y la apatía.
HS: ¿Pero la vacuna es una solución?
AM: Inmediata sí, no definitiva, como ya lo estamos viendo y viviendo. En esto hay otros intereses que van más allá de acabar con la pandemia; tan solo vea usted lo paradójico: el número de inmunizados en países desarrollados se enfila al 30% de la población, los nuestros en el mejor de los casos al 4%.
HS: ¿No es ese un escenario similar a lo que está sucediendo con el clima?
AM: Seamos un poco más generales y hablemos de ambiente. Como salubrista y epidemiólogo, pienso que la pandemia es un proceso de contaminación ambiental. Es un problema ambiental que va a diferente ritmo que el calentamiento global y ambos en un tiempo como el actual, se vuelven inmediatos y sumatorios. Solo piense por un momento en las millones de toneladas de material médico y químico que se está produciendo con la vacunación y es muy probable que el manejo de esos desechos químico-sanitarios, será fuente de contaminación y de impactos que podrán facilitar otra pandemia. Lo que si resulta evidente es que el problema del calentamiento global es de una escala temporal mayor, pero eso no impide que no se encuentren con la pandemia en un espacio y momento dado y sumen consecuencias.
HS: Significa eso que el calentamiento puede estar sumando sobre la pandemia
AM: Definitivamente sí. Solo pensemos por un momento en las alteraciones de clima pero también de la tierra y su uso. Como consecuencia de ello, se altera el comportamiento no solo de la flora y fauna animal, sino también del hombre y su relación con los contenidos de su nicho o nichos ecológicos en que se mueve. No es casualidad que murciélagos y hombres coincidan en un punto determinado geográfico como en el caso sea China.
HS: Y por qué se dió ahí la posibilidad de nacimiento del SARCOV-2
AM: pues porque en primer lugar es un hábitat ideal también para los murciélagos y estos son los portadores, entre todos los mamíferos conocidos, de la mayor cantidad de tipos de coronavirus y en segundo lugar porque al existir una población tan densa de seres humanos en ese lugar, también la hay de aves y otros animales comestibles que resultan fácil presa de los murciélagos y del paso a estos del coronavirus y esos animales al ser consumidos o estar en contacto con humanos fácilmente provocan que el virus se adapte al ser humano y como nuestra facilidad para moverse a distancia es tan grande la propagación de virus a otras latitudes mas allá de china, se nos facilita.
HS: Entonces, si sabemos todo eso ¿qué nos pasa?
AM: Una cosa es saber, otra actuar. Tanto ante el problema del calentamiento como ante el del coronavirus, los científicos habían advertido desde hace décadas, de lo inminente de su problemática y describían la situación que estamos viviendo de esas dos crisis en la actualidad. Sin embargo, pareciera que solo el cine se interesó por lo dicho por la ciencia. La sociedad a los científicos no les da aún suficiente credibilidad. Si hubiéramos actuado y prevenido las advertencias de peligro que se nos lanzó hace diez años, no hubiera sucedido lo que estamos viendo y viviendo; tampoco tendría la pandemia ni el costo humano ni el financiero que está teniendo.
(continuará)