Hoy publicamos una entrevista con Carlos Contreras, Presidente de la Junta Directiva del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, en la que se abordan temas importantes de su gestión que está por terminar. La próxima semana Giammattei nombrará a quien lo sustituya, por lo que es importante destacar que el mayor logro que se tuvo durante la gestión que termina fue el de cambiar el patrón de compra de medicinas que anteriormente era controlado por la mafia que lleva décadas haciendo negocio en todo proceso para adquirir medicamentos, tanto en el Seguro Social como en el sistema de Salud nacional.
El haber trabajado con la agencia de Naciones Unidas, UNOPS, que entre otras cosas ayuda a gobiernos e instituciones a transparentar adquisiciones, fue un cambio fundamental que no sólo permitió multimillonarios ahorros, sino que además significó el fortalecimiento de las reservas financieras de la institución. Pero el hecho de que haya implicado romper con las mafias del negocio de los medicamentos en el país es un asunto que no se puede pasar por alto porque marca un hito que la población debe conocer de manera que se entienda que sí se puede proveer al Estado sin que haya mordida en todo lo que se compra.
Precisamente por eso es que la cabeza de Contreras era apetecida por las mafias y se movieron mucho para removerlo del puesto, sin éxito. El último cambio de gobierno les hizo generar esperanzas, no sólo porque vencería el período para el que fue nombrado, sino porque se vio que querían destituirlo a la brava y se realizaron algunos esfuerzos que no se pudieron concretar.
Obviamente el IGSS es una de las instituciones corrompidas desde hace muchos años y perdió su esencia. Falta mucho camino por recorrer para hacerlo eficiente pero el disponer de abundantes reservas, a pesar de que el Estado es un deudor moroso de cantidades impresionantes, gracias a una buena gestión se puede invertir más en atención al afiliado.
Ojalá que quien llegue mantenga esa ruptura con las mafias y pueda hacer que el Estado abone a la deuda y, además, promover lo que más hace falta. Excelencia en atención al afiliado.