Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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En una entrevista otorgada el martes de esta semana a un medio mexicano, el presidente Giammattei abordó algunos puntos que trataron con su homólogo mexicano en su reciente visita al país del norte. La economía y cómo frenar la migración con “muros de prosperidad” fueron algunos de los temas tratados. Resulta paradójico que no mencionara la corrupción como la principal causa estructural de este fenómeno, tan común en ambas naciones y cuyos gobernantes históricamente no sólo han hecho poco o nada por combatirla, sino que además han sido una parte muy activa de la misma.

Al consultarle sobre el tema de la pandemia y los señalamientos a los problemas que ha habido con la vacunación en Guatemala, el mandatario claramente se puso a la defensiva, llegando a decir que nuestro país aún no calificaba para la vacuna por el buen manejo de la pandemia. Si esa afirmación fuera cierta, los países que sí han sido reconocidos mundialmente por su buen manejo de la pandemia, como Nueva Zelandia, Singapur, Islandia, Emiratos Árabes Unidos y Corea del Sur, entre otros, estarían en la misma situación que Guatemala con respecto a la vacunación de su población. Sin embargo, resulta que Nueva Zelandia ha aplicado al menos una dosis de vacuna al 5% de su población, Islandia al 32%, Singapur al 23%, Emiratos Árabes Unidos al 51% y Corea del Sur al 7%.

También mencionó la filtración del contrato de suministro de la vacuna Sputnik V a un medio local y cómo esto puede constituir una violación al acuerdo de confidencialidad firmado con algún funcionario ruso hace más de 6 meses, y que seguramente lo que se quiere es destruir dicho contrato por perseguir fines políticos. Incluso, asegura el presidente, que giró instrucciones al Procurador General de la Nación para que proceda con las demandas civiles y penales a los responsables de dicha filtración. Mi primer cuestionamiento, por obvio sentido común, es que, si estos documentos son tan sensibles, ¿por qué motivo no están en resguardo y por qué no se tiene un registro detallado de los funcionarios y particulares que tienen acceso a los mismos? Según el mandatario que el contrato de marras es un asunto de Seguridad Nacional, por lo que su resguardo debió haber sido congruente con el nivel de sensibilidad de tan importante documento.

El presidente también hizo alusión al “logro” de tener la economía menos golpeada por la pandemia a nivel regional y de “liderar” la recuperación económica post pandemia. Obviamente no hizo mención alguna al significativo aporte (durante y después de la pandemia) del crecimiento de las remesas familiares y que han sido éstas (las remesas) y no las medidas adoptadas por el gobierno, la principal causa de que la economía guatemalteca no tuviera un retroceso histórico.

Por último, el mandatario volvió a hacer un llamado a “unirnos”. A él, por supuesto, o sea a ser su adlátere, según su obtuso entendimiento del término, es decir, a no disentir ni tener criterio propio, como lo hacen algunos columnistas zalameros. Y lo comprueba con las amenazas al finalizar su entrevista.

Me pregunto, después de escuchar la entrevista, ¿quién va a querer unírsele? ¿Quién va a querer trabajar a la par de una persona intolerante, encima soberbia y arrogante, incapaz de aceptar una equivocación o una crítica? Nadie que esté en su sano juicio.

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