Foto La Hora/AP

Ayer en Washington se realizó una reunión del Council of the Americas y el Departamento de Estado norteamericano para analizar el tema de la restauración del esfuerzo conjunto por un crecimiento sostenido en el continente americano, luego del cambio de enfoque en la política exterior que se produjo con la nueva administración de Joe Biden. La oradora principal fue la vicepresidenta Kamala Harris quien tiene a su cargo la coordinación de los esfuerzos que se deben hacer respecto al tema migratorio y que viene siendo asesorada por expertos en los temas de la región del Triángulo Norte de Centroamérica, origen de la mayor cantidad de migrantes.

Evidentemente la funcionaria no sólo ha sido bien informada sino que ha tomado nota de cuestiones fundamentales. Llama la atención que dijera ayer «No importa cuánto nos esforcemos en lidiar con la violencia, brindar ayuda ante desastres naturales, proveer alimento y seguridad; en cualquier sentido no lograremos cambios significativos si la corrupción en la región persiste”.

Y es que cualquiera que en realidad pretenda promover desarrollo equilibrado, con oportunidades para todos, tiene que entender que eso es imposible cuando los sistemas políticos caen en manos de las alianzas que se organizan y estructuran alrededor de la corrupción porque, como lo hemos comprobado tristemente en Guatemala, el Estado pierde su naturaleza y deja de cumplir con sus fines, de suerte que se vuelve incapaz de implementar políticas de interés en el bien común porque el único interés que priva y domina es el de hacerse con los recursos públicos, no importa de donde vengan.

En el gobierno de Obama se trató de hacer planes de inversión en la región para atacar la migración, pero los mismos fueron encomendados al BID y la forma en que fueron canalizados está a la vista porque el resultado fue absolutamente nulo. No sólo en términos de contener la migración, que es tarea casi imposible, sino en la de promover mayor desarrollo humano y oportunidades para las poblaciones más abandonadas.

Si no se aprende de esas lecciones, cualquier chorro de dinero que se abra irá a parar en las maletas que guardan en sus apartamentos algunos personajes de la vida nacional que se reparten el dinero con sus socios en el crimen organizado y de aquellos que desde el sector privado son parte activa de las alianzas criminales. Por ello el énfasis que puso Harris en el tema es crucial, aunque, por supuesto, ya vendrán los que digan que está impulsando una agenda izquierdista como si la corrupción tuviera ideología.

Redacción La Hora

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