Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso

“La vida debe tener su corriente; el agua que no corre se corrompe.” Alphonse Marie Louis De Lamartine

Estamos viviendo una crisis institucional sin precedentes, a donde se posen nuestros ojos asoma una percepción de corrupción como nunca vivida, en algunas ocasiones se brinda una explicación no del todo creíble, y la gran bola de nieve que azota la institucionalidad del país, como producto de una increíble corrupción, nos embarga como sociedad que se siente en retroceso, y que agobiada clama por nuevas formas y consecuencias, en una espiral que parece no tener fin, pero la tiene.

En cuanto a las formas, traigo a colación la famosa frase sobre la mujer del César, la que no solamente debe ser honrada, también debe parecerlo, y la mayoría de las instituciones se pierden en la percepción que se tiene de ellas, el peor escenario lo vivimos como sociedad, cuando se presenta ante nuestros ojos ese momento en que deja de parecer corrupción, para ser corrupción con todas sus letras.

El domingo recién pasado amanecimos con una noticia decepcionante, relacionada con las vacunas rusas, que ya fueron pagadas, pero aún no se tiene noticias de cuando van a entrar al territorio nacional, menos cuando las vamos a recibir, mientras el mundo entero se llena de personas que están recibiendo las vacunas, otros por recibirlas, y otros más, en un acto de libre albedrio han decidido no recibirlas, sin embargo las vacunas deben estar disponibles, porque la salud es un derecho humano universalmente reconocido, nosotros acá, aún no sabemos con certeza cuando seremos vacunados.

En ese contexto, hacen falta voces que se levanten, no a lo que se acostumbra hoy en día, a criticar desde las redes sociales, o los medios de comunicación, como sociedad necesitamos que los lideres de diferentes instituciones sean portavoces de las necesarias auditorías sociales, para obtener respuestas técnicas, pero ante todo certeras del significado de las diferentes acciones, y de los resultados de las mismas, ya no debemos ser parte de lo mismo para que el resultado sea el mismo: el que menos necesitamos.

La llamada sociedad civil se encuentra desgastada porque se percibe en ellos una agenda que no es necesariamente la que necesitamos, colocándonos en contexto, ¿Por qué surge la llamada sociedad civil? Porque los académicos, las universidades, los colegios profesionales, los sindicatos, y los estudiosos de las diferentes áreas, fueron acorralados antes y después del supuesto final (porque las condiciones no han cambiado) del Conflicto Armado Interno, primero por la contrainsurgencia, hoy por agentes de la corrupción que se han posicionado de tal forma que, en Guatemala, simple y sencillamente el pensamiento crítico murió, y la oposición como tal es tan frágil que prácticamente no existe.

Es el momento de rescatar las instituciones que han sido un referente democrático del país, si no lo hacemos hoy, mañana son siglos de tardanza, principiando por la USAC, al momento actual con un exrector y un rector ligados a proceso por uno de los procesos más escandalosos, derivado de la cooptación del Sistema de Justicia, que nos colocó en un limbo jurídico, porque tenemos cortes pero de facto, si algunos representantes de la principal casa de estudios no solamente por su antigüedad, también por participación en las grandes luchas sociales, se encuentra en un proceso de deterioro que debe ser revertido, para bien de la sociedad en general, también las más importantes instituciones deben ser redimidas del largo letargo en el que han caído.
¿En dónde están las voces de los colegios profesionales en la noche oscura que dura tanto tiempo? Son urgentes los pronunciamientos de los colegios de médicos, ingenieros, economistas, abogados y otros, que por naturaleza son la sociedad civil, y que han dejado que otros tomen la estafeta por inanición de parte de quienes aglutinan a los pensadores modernos.
Urge rescatar las instituciones para que sean la voz del pueblo que necesita de los profesionales, para que le den forma a la petición popular, en los periodistas no puede quedar limitada la voz no solamente de protesta, también de propuesta, es más difícil proponer que protestar, y ese es el deber ser de los colegios profesionales.
En este momento coyuntural el miércoles cinco se llevarán a cabo elecciones en el Colegio de Ciencias Económicas, depende del voto de los profesionales de tan delicada y necesaria ciencia, que demos el primer paso para generar el cambio, de ustedes depende que demos un paso atrás o un paso adelante, si se logra un cambio en este colegio, se abre el camino para que las instituciones académicas principien a evolucionar positivamente.
En la historia hay momentos cruciales, y este puede ser el principio del principio, o el principio del fin, depende del rumbo que tome el colegio, que los demás puedan ser rescatados, los profesionales de las ciencias económicas, tienen frente a ellos, un reto para principiar a cambiar la historia.
licgla@yahoo.es

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