Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“Si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá.”
Horacio

En nuestra sociedad, la festividad con la que percibimos se inicia el periodo de Semana Santa, y que es muy significativa por el contenido costumbrista, cultural y de denuncia, es la Huelga de Todos Los Dolores, momento en el que se rememora, que hemos vivido períodos en los que la verdadera academia salió a la calle, y trató por medio de la denuncia real, efectiva y reflexiva, hacer conciencia sobre los vaivenes de nuestra política.

La USAC, como le decimos coloquialmente, se volcó con el pueblo, como su mejor representante, no solamente el Viernes de Dolores, también cuando la sociedad la necesitó, con sus cambios naturales derivado de la evolución de la sociedad en general.

La Huelga se convirtió en una verdadera institución de denuncia popular, y se acompañó de varios emblemas, como La Chalana que es el canto de guerra de los estudiantes, y la Chabela, representada por un esqueleto bailando con la mano izquierda en alto enarbolando una botella, y la otra colocada sobre el pubis, con 100 años de presencia en nuestro entorno.

La USAC es una institución de 345 años de existencia, que últimamente no nos ha bridado su mejor imagen, y que, desde su fundación, que se sepa, nunca se había visto inmersa en cuestionamientos sociales derivado del mal hacer de algunos de sus hijos, provenientes de una tiranía que azota nuestra sociedad en general, y esa tiranía se llama “Corrupción”, que ha extendido sus tentáculos más allá de copiarse un examen.

A la Chabela, nuestra Chabela, se le han dado una gran cantidad de significados, como la femineidad, alegría, la procreación, pero para el sancarlista y para la población en general, es el icono de la huelga, la que abandera todos los desfiles, y que vive no solamente el Viernes de Dolores, vive siempre que el pueblo está en crisis y desafortunadamente Guatemala, siempre está en crisis, sin embargo, nuestro principal emblema de desenfado y de denuncia, representa al chapín que se ríe de sus propias desgracias, porque si se entristeciera se la pasaría llorando.

Pero hoy a la Chabela está triste, porque la corrupción en su máxima expresión también llegó al campus que tantas glorias ha brindado a la sociedad, siendo una institución que debió mantenerse alejada del cáncer que agobia a las entidades en general, derivado del mal hacer de muchos de sus hijos, hoy se ve envuelta en acusaciones de todo tipo, desde tráfico de influencias hasta malversación, con un exrector condenado, y otros dos acusados del mal que aqueja a la sociedad del siglo XXI: La corrupción.

La última noticia por la que la Chabela no puede verse sonriente, es la denuncia, que desde septiembre del año pasado, con la trastocada frase que “supuestos estudiantes”, en plena pandemia tomaron la Rectoría, y ahí se mantuvieron, se supo recientemente que durante su “estadía” robaron todo tipo de equipo valorado en millones de quetzales que son del pueblo de Guatemala, porque la USAC, pertenece al pueblo, durante siete meses los niños hicieron lo que les dio la gana, sin que nadie tratara de solucionar el conflicto, ¿El resultado? Además de los destrozos y el robo de equipo, también se robaron, y eso es lo peor, y que llama la atención, “información sensible”, me pregunto ¿Beneficia a algún sector de la información? ¿Eran verdaderos estudiantes?

Por último, si la FECI allanó las instalaciones de la USAC, en diciembre 2020, en busca de información sobre la construcción de dos obras, que aparentemente no se llevaron a cabo, ¿Cómo pudo allanar a la institución, si la misma se encontraba tomada por “supuestos estudiantes”? ¿Qué información secuestró la FECI, y cuál es el trasfondo del robo de la información?

No cabe duda, que nuestra amada Chabela no pasa por sus mejores momentos, porque representando lo que representa, ha sido mancillada por malos hijos que en su momento se han dicho parte de ella, o dicen serlo, veamos: ¿Son estudiantes, ladrones y vándalos a la vez? Si las computadoras cuentan con un IP que las identifica, ¿Dónde se encuentran las computadoras?

¿Cómo es posible que sí, uno de cada dos niños sufre desnutrición, vándalos roben impunemente lo que le pertenece a la sociedad en general, porque lo ha pagado con sus impuestos? Si en plena pandemia y aún hoy, hay guardias en el único ingreso y salida a la USAC, ¿Cuándo, cómo, por qué y con que, cometieron los delitos?

La Chabela no tiene nada que celebrar.

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