Un grupo de migrantes tras cruzar un río que divide a Guatemala con México busca continuar con su ruta hacia Estados Unidos. Foto La Hora/AP

Es muy notorio el interés que tiene Estados Unidos en lo que ocurre en Guatemala con respecto a la migración y, más aún, con sus causas que están en la imposibilidad de generar oportunidades para los guatemaltecos, quienes se ven forzados a buscar algún refugio humanitario donde puedan convertir su fuerza de trabajo en dinero para sustentar a sus familias. Y con propiedad han identificado el vínculo entre corrupción de quienes tienen poder con la pobreza del resto de la población y con ese panorama tan claro es que tienen que lidiar con enormes flujos de personas que llegan a su frontera sur.

Pero no es únicamente Estados Unidos ni mucho menos sólo el gobierno de Biden quienes entienden la situación. Esta semana estuvo en nuestro país Cristina Gallach, Secretaria de Estado de España para Iberoamérica y el Caribe, quien explicó que ellos conocen mucho de migración y que entienden sus causas, advirtiendo que la inversión requiere de clima favorable, sobre todo en el respeto por parejo a la ley, el Estado de Derecho, en el que no existen privilegios sino que debe haber condiciones de igualdad para todos. Hizo ver que le preocupa el debate que hay ahora en Guatemala sobre el tema de la administración de justicia porque ello es clave para la certeza que requiere el inversionista.

Pero también expresó cuánto preocupa a España y a todos la existencia de esas enormes brechas sociales que hay en el país, lo que se marca con un importante sector de la sociedad que vive en niveles de pobreza que obliga a los jóvenes a la migración irregular y se refleja en la desnutrición infantil, agregando que “un país que genera una producción agrícola que va a los mercados más sofisticados, un país tan rico, debe hallar la manera y nosotros podemos ayudar en esta crisis nutricional tan devastadora. Creo que hay que trabajar en temas de educación, enseñanza y en las comunicaciones porque de ello se beneficiará el desarrollo económico”.

Puntualmente podemos decir que nuestro rezago en educación es cada vez mayor por muchas razones, pero la principal es el dominio que ejerce sobre las políticas educativas el corrupto Joviel Acevedo, quien impone sus decisiones con más poder que cualquier ministro. Y es corrupción que el dinero de educación se maneje a favor de un sindicato que lejos de promover mejor servicio a nuestra niñez, sirva nada más para que los maestros sean fuerza de choque para defender a gobernantes corruptos. En tales condiciones ni España ni nadie verá jamás que este país avance.

Redacción La Hora

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