Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

No lo digo solo por el tema de la vacunación contra el COVID-19, que sin duda ha venido a refrendar la fragilidad de un Estado que se centró en que sus acciones fueran para hacer negocios para unos pocos en detrimento de millones. Problemas de liderazgo (al Presidente le valió sancionar la Ley de Vacunas por un buen tiempo), problemas operativos, mucho tiburón y una red incapaz de ejecutar y peor aún, de brindar confianza por las criminales acciones de unos pocos a pesar del esfuerzo de miles.

Tampoco lo menciono solo por el drama que están viviendo millones de los nuestros que, lejos de ofrecer, les ratificamos que aquí no está siendo ese lugar de oportunidades que tanto buscan en la migración forzada. El Gobierno centra sus esfuerzos en los Coyotes, pero nada dice de los Coyotes que tiene en algunos ministerios que son la fuente primaria de negocios de muchos mafiosos, de Coyotes con los que se ha puesto de acuerdo para cuadrar el asalto y “retomar el control”.

Mucho menos solo por el ataque orquestado que, liderados por Alejandro Giammattei y gracias a los pactos que logró hacer con el pisto de todos, han logrado de instituciones clave como el Ministerio Público (MP), la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Salas de Apelaciones clave y ahora la Corte de Constitucionalidad (CC).

A pesar de lo anterior, todavía hay una oportunidad de salir del atolladero pero se requiere que todo aquel que desde el centro (con inclinación a la derecha o a la izquierda, pero que no parta de radicalismos) actúe con el afán de alcanzar acuerdos y para ello se requiere mucho carácter para contener a los buleadores que no quieren que nos pongamos de acuerdo.

Las acciones que preocupan a los que trabajan por tenernos divididos y que tanto temen que vengan de Estados Unidos, tarde o temprano van a llegar pero el punto es ¿qué haremos los guatemaltecos para alcanzar los acuerdos?

El guatemalteco, desde el sector privado y/o las organizaciones sociales, tiene que entender que debemos actuar como que nuestro futuro depende de nuestras actitudes porque así es. No podemos seguir entretenidos, peleando y discutiendo por las mismas cosas, las mismas razones que tanto problema nos han causado.

Hoy debemos luchar como lo hace Elcías y su familia en Atlanta. El joven padre de familia que fue atacado por el perpetrador de 8 muertes en Spas cuando iba a mandar una remesa para sus padres. Van nuestras oraciones por él, su familia y aquellos que sufren por ese ataque.

No podemos dejar que se consoliden las mafias porque eso sería tirar por la borda los esfuerzos de millones de guatemaltecos honrados que aún y habiendo permanecido indiferentes y callados han actuado desde el lado correcto de la ley, sin buscar atajos y sin sucumbir a un sistema que sigue favoreciendo a los que hacen mal las cosas.

Pero el punto es este: El país atraviesa quizá la última oportunidad para que nos pongamos de acuerdo antes que las mafias nos devoren y nos pasen por encima. Si terminan de consolidar sus planes y si usted se los permite con silencio, con indiferencia, olvídese que vaya a existir algo que le pueda servir de Consuelo para cuando las mafias toquen a su puerta.

Cambiar significará más oportunidades para todos (ladinos e indígenas), para el que busca migrar para lograr sueños, para el empresario que lucha por crecer desde el lado bueno, para el emprendedor que quiere poner su talento y esfuerzo al servicio y por eso es que debemos entender qué significa cambio para que no lo asusten con el petate del muerto.

Llegó La Hora de la verdad.

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