Por Adriana Quiñones
Representante de País ONU Mujeres
¿Cómo alcanzar una sociedad próspera e igualitaria si seguimos dejando fuera a la mitad de las ideas, de la innovación, de la fuerza productiva de los espacios estratégicos de toma de decisiones en Guatemala?
En un diagnóstico realizado por ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Guatemala obtuvo un puntaje global promedio de 42.6 sobre 100 en el índice de paridad política, encontrándose por debajo del resto de países en la región, Asimismo, en el ranking de Brecha de Género del Foro Económico Mundial el país ocupa el puesto 104 de 152 países y se sitúa en el puesto 125 en participación política.
Es importante recordar que en las Elecciones Generales de 2019 fueron electas 31 mujeres que representa el 19.38% del total de 160 diputados al Congreso de la República, de ellas solamente 3 son mujeres indígenas. En los mismos comicios, se eligieron a 10 mujeres como alcaldesas, representando un 2.94% del total de 340 municipios, ninguna de ellas es mujer indígena. Esto evidencia que las brechas de desigualdad siguen siendo un desafío con relación a la participación política de las mujeres y más aún cuando hablamos de mujeres indígenas, por lo que una reflexión sobre las barreras a la verdadera participación de las mujeres se hace necesaria para que el desarrollo humano sostenible en su triple dimensión (económica, social y ambiental) así como la democracia puedan evidenciarse como resultado.
Es por ello que este año, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW por sus siglas en inglés), como órgano intergubernamental mundial dedicado exclusivamente a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, con el respaldo de ONU Mujeres, priorizó “La participación de las mujeres y la adopción de decisiones por ellas de forma plena y efectiva en la vida pública, así como la eliminación de la violencia, para lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas”.
En las reuniones preparatorias de expertas globales, Otilia Lux de Cotí, Maya k’iche, participó haciendo referencia a los esfuerzos impulsados por años desde el movimiento de mujeres y organizaciones de sociedad civil para plantear reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos -LEPP-, buscando la paridad horizontal y vertical. Como expone Lux de Cotí, “La propuesta de avanzar hacia la Democracia Paritaria supone un paso más. Sitúa al sistema democrático en el centro de las transformaciones. Representa un modelo de democracia en el que la paridad y la igualdad sustantiva encarnan los dos ejes vertebradores del Estado inclusivo. Pero además, su puesta en marcha y consolidación implica la evolución hacia relaciones equitativas de género, así como de etnicidad, status socioeconómico y otras relaciones para igual goce y disfrute de derechos.”
Aunado a las reformas a la LEPP, para asegurar la plena participación de las mujeres en la sociedad, es importante considerar en Agenda Legislativa otras iniciativas que permitan promover la autonomía física, económica y política de las mujeres. Por ejemplo, revisar y presentar enmiendas para la viabilidad de la Ley de Desarrollo Económico para las Mujeres, las reformas a normativas en materia laboral que permitan la igualdad de salarios y el ejercicio de una paternidad responsable que evite la sobrecarga de trabajo en las mujeres, normativas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia política contra las mujeres, en donde los partidos políticos tienen un rol fundamental, para enfocar sus esfuerzos hacia medidas y estrategias que garanticen los derechos políticos de las mujeres y su participación en el poder y la toma de decisiones en condiciones de igualdad, equidad y seguridad.
Fortalecer la democracia participativa y la inclusión igualitaria, plural y multicultural de las mujeres es responsabilidad de todos.
En el Día Internacional de la Mujer honramos a las Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el Mundo de la Covid-19”.
