Sandra Xinico Batz

sxinicobatz@gmail.com

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Sandra Xinico Batz
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Mynor Moto personifica la decadencia del sistema político en Guatemala, cuya cooptación ha sido beneficiosa para los grandes criminales de cuello blanco, que no se han equivocado al financiar a funcionarios de todos los niveles del Estado, ya que de esta forma han venido garantizando que se legisle a su favor y que sin importar lo que roben o los delitos que comentan, son intocables, al menos hasta ahora. ¿Quién muerde la mano que le da de comer?

La corrupción es una de las herencias más simbólicas, que se viene arrastrando desde la Colonia hasta hoy; esta fue una herramienta determinante para el enriquecimiento de los invasores y por ende la acumulación de poder; no importaba como se obtenía esa riqueza, entre mismos invasores se robaban, traicionaban y mataban para obtenerla, la desconfianza y la infamia era el pan diario; con el tiempo esto no cambió, por el contrario, se convirtió en el cimiento de la república. La corrupción no es un mal en sí mismo, es un instrumento para no perder el control, para garantizar que el poder se mantenga del lado en que se encuentra.

Cuando Mynor Moto, en su segundo intento de tomar posesión en la Corte de Constitucionalidad, menciona que “se debe respetar la democracia” se refiere precisamente a que nadie se puede oponer a los designios de quienes controlan el país, esos mismos que han financiado y catapultado a Moto a quienes él como juez ha protegido y que como magistrado buscará también proteger. Esta es la democracia de la impunidad.

La complejidad de esto es que el panorama tampoco sería tan distinto si en lugar de Moto hubiese sido electo Estuardo Gálvez, quien por años ha venido construyendo su plataforma política a través de fondos públicos de la Usac. El hecho de que la elección girara entorno a estos dos personajes dice todo del sistema político, en el que no avanza ningún grupo realmente independiente y ético, porque la cooptación está en todos los niveles y una de sus funciones es el de suprimir a quienes “atenten” con hacer las cosas bien, a quienes no deben nada a nadie y por ende no se les puede cobrar ningún “favor”. Esta es la decadencia de un modelo reciclado, que privilegia el crimen en lugar de la justicia.

Nada bueno puede haber detrás de la desesperación e insistencia de Moto por tomar posesión como magistrado, ¿estará en juego su inmunidad? ¿o qué negocios turbios están gestando? La verdadera intención de Moto, como ya sabíamos, es perpetrase en la Corte de Constitucionalidad; tomar posesión ahora le permite una ventaja frente al contexto de elecciones que se próxima para el nuevo período 2021-2026 de la CC.

La juramentación apresurada de Moto en el Congreso de la República, evidencia el contubernio que este tiene con los partidos políticos que controlan las acciones y decisiones del Congreso. El papel de estos grupos es que todo siga siendo funcional para los poderosos/criminales y este seguirá siendo el papel de Moto.

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