El presidente Alejandro Giammattei ofreció su visión del país a un año de haber asumido. Foto La Hora/Presidencia

Luego de escuchar ayer el mensaje presidencial sobre el primer año de gobierno podríamos parafrasear a Lewis Carrol y hablar de Alejandro en el País de las Maravillas porque sin duda que quien le escribió su discurso al presidente tiene una fantasía que supera a la del célebre escritor inglés del siglo XIX.

No es primera vez que los discursos presidenciales en Guatemala para “rendir informe” de un año de gobierno son de ese tono, al punto de que se habla del divorcio que hay en la mentalidad de los gobernantes con la realidad. Según el presidente Giammattei, el año pasado fue de sólidos logros y hasta la pandemia, que en todo el mundo se ha visto como una desgracia, sirvió para que él pudiera convertirse en una especie de mago para crear un sistema de salud que, según su criterio, ha sido una maravilla no obstante cuestiones tan elementales como la incapacidad para pagar puntualmente a los médicos y el personal de primera línea.

Ni una palabra, por supuesto, de los reclamos de la ciudadanía que ha hecho de la expresión “Dónde está el dinero” una tendencia muy clara y consistente más allá de las redes sociales. Por el contrario, reafirma amplia y abiertamente su alianza con el pacto de corruptos al informar que en este año trabajarán de la mano con el Congreso (que controla gracias a los siniestros arreglos) y que conjuntamente definirán la agenda legislativa dizque para promover el cambio que se necesita.

¿Será que van a reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos para regular, entre otras cosas, el financiamiento electoral de una vez por todas? ¿Será que el Congreso controlado por Giammattei va a reformar la Ley de Servicio Civil para acabar con la burocracia politizada o la Ley de Adquisiciones del Estado para terminar con los negocios turbios? ¿Cumplirá su palabra el Presidente promoviendo una ley para sacar a Guatemala del inútil Parlacen y acabará con la costosa SAAS como lo prometió en campaña?

Ninguna palabra del narcotráfico ni de la elección de las Cortes porque ya se sabe que en ese campo la estrategia está definida. Esperar a que se concrete la cooptación de la CC para que eso asfalte la supercarretera de la impunidad que será la elección de los nuevos magistrados de Salas y de la CSJ.

El país del que habló Giammattei sólo existe en la mente de quien le escribió el discurso, a tono con la arrogancia propia de quien lo leería. Nadie, ni ellos, creen en tal fantasía.

Redacción La Hora

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