Mariela Castañón

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Licenciada en Ciencias de la Comunicación, once años de ejercicio periodístico en la cobertura de niñez, juventud, violencias, género y policiales. Becaria de: Cosecha Roja, Red de Periodistas Judiciales de América Latina, Buenos Aires, Argentina (2017); Diplomado online El Periodista de la Era Digital como Agente y Líder de la Transformación Social, Tecnológico de Monterrey, México (2016); Programa para Periodistas Edward R. Murrow, Embajada de los Estados Unidos en Guatemala (2014). Premio Nacional de Periodismo (2017) por mejor cobertura diaria, Instituto de Previsión Social del Periodista (IPSP). Reconocimiento por la "cobertura humana en temas dramáticos", Asociación de Periodistas de Guatemala (2017). Primer lugar en el concurso Periodístico “Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes”, otorgado por la Asociación Pasmo, Proyecto USAID (2013).

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Mariela Castañón
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“¡Ayúdenos! Nos están cobrando por todo”, detallan las denuncias recibidas por los reclusos de la cárcel Pavoncito, quienes, son afectados por las extorsiones y las viejas prácticas de corrupción que se gestan, en esa prisión.

Los costos para otorgar áreas de aislamiento y traslados, en ocasiones, rebasan hasta los Q50,000, dinero que obviamente no tiene cualquier privado de libertad, porque en la cárcel no hay fuentes de empleo por parte de las autoridades, sino creadas por los mismos reclusos o personas externas.

Aunado a esto, se suman otros negocios ilícitos, que toda la población conoce, como la talacha, la comercialización de teléfonos celulares, de computadoras y otros objetos o sustancias no permitidas dentro de una prisión.

Lo que sucede dentro de una cárcel detona en la calle, porque los reclusos al ser extorsionados buscan ingresos para pagar a su opresor y es ahí donde ante esa desesperación se da lugar a otros delitos como extorsión, muerte y secuestro de la población guatemalteca.

Es realmente cuestionable que otra vez Pavoncito vuelva a resonar por este tipo de denuncias, cuando en 2014 fue desarticulada y posteriormente en 2018, sentenciada la estructura delictiva, integrada por reos y funcionarios públicos, que cobraba por traslados irregulares.

En mayo de 2012, entrevisté al exdirector del Sistema Penitenciario, Luis González, quien literalmente me dijo: “Pavoncito es un ejemplo” al referirse al “liderazgo” del reo Byron Lima (ejecutado en Pavón en 2016). Comparto el enlace para que los lectores puedan conocer las declaraciones que en ese momento proporcionó el otrora funcionario. Sistema Penitenciario: “Pavoncito es un ejemplo” – Hemeroteca – La Hora

En la actualidad, conociendo un poco más sobre las denuncias que los reclusos han compartido, encontré algo a lo que se le debe prestar atención, sobre lo que se dice y lo que realmente ocurre en Pavoncito.

En noviembre del año pasado, a través de los canales de la televisión abierta se difundió una noticia de un grupo de reclusos de Pavoncito “en un acto religioso”. En la actividad participó el director del Sistema Penitenciario, Luis Rodolfo Escobar, quien destacaba que ese tipo de actividades fortalecía la rehabilitación.

Escobar reiteró en esa ocasión: “Pavoncito ha sido un proyecto modelo” y se refirió a un plan piloto relacionado con el trabajo que podrían realizar “afuera” voluntarios (presidiarios) para cooperar con el Estado y lograr una redención de penas. (2) Reos de Pavoncito realizaron servicio religioso – YouTube

La población reclusa denunciante ha pedido que se investigue lo que ocurre en esa prisión, porque según ellos, la realidad es otra y la están pasando muy mal, por los niveles de corrupción que se manejan.

Lamento mucho que nuevamente desde Pavoncito se generen estas denuncias. Creí que las cosas cambiarían cuando fue desarticulada aquella estructura criminal en 2014, sin embargo, por lo visto no fue así.

¡Urgen cambios estructurales en el Sistema Penitenciario!

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