El Colegio de Abogados dispuso realizar en el primer día hábil del año 2021 la elección del abogado que deberá ocupar la magistratura asignada a un miembro de ese Colegio en la Corte de Constitucionalidad logrando, a lo mejor sin que fuera la intención, que ese proceso se convirtiera en el augurio de lo que nos depara este año, sobre todo por la participación de los abogados Mynor Moto y Estuardo Gálvez, personajes que “tienen su historia”.
Moto es la figura central del Pacto de Corruptos entre los jueces de instancia que funcionan en el país, lo cual ya es mucho decir, mientras que Gálvez, ex Rector de la Usac no es ajeno a los temas de cooptación del Estado y de comisiones paralelas para cooptar el sistema de justicia. Y eso para no citar sino el perfil público de ambos, enriquecido por detalles de su actividad académica y profesional que indican que, con uno o con otro, la aspiración de integrar Cortes ajenas a los compromisos de la impunidad sería prácticamente imposible.
Pero también podemos ver todo esto no como el mal augurio del año sino como una oportunidad para que la ciudadanía despierte y se dé cuenta que no vienen días fáciles y que si queremos realmente enderezar el rumbo del país tendremos que actuar con más firmeza y determinación en el ejercicio de la ciudadanía, dejando atrás la indiferencia que ha sido el caldo de cultivo para que prosperen las peores mafias, incluyendo a las que en el fin de año se vistió de primera comunión planteando un cambio para Guatemala, hablando de la elección de Cortes, pero sin hacer referencia a la forma en que los diputados vienen operando con su abierto patrocinio.
Es evidente que se sienten urgidos y apresurados porque sienten pasos de animal grande al terminar el apoyo funesto que recibieron desde la principal potencia mundial y que ahora, en este mes, desaparecerá y por ello unos actúan de manera cínica y descarada proponiendo candidaturas impresentables, y otros emiten comunicados para tapar el ojo al macho.
El año 2021 será un año de definiciones y compromisos para todos aquellos que sienten que el país ha perdido el rumbo y que debe retomarlo para sacudirse de la Dictadura de la Corrupción, sin dejar que entre los ciudadanos honestos se cuelen, con astucia como lo hicieron en tiempos del serranazo, aquellos que son maestros para proponer que todo cambie pero, al estilo Macondo, para que nada realmente cambie.
Empieza, pues el año y empieza también la lucha.
