David Martinez Amador

Politólogo. Becario Fulbright-Laspau del Departamento de Estado Norteamericano. Profesor Universitario,, Analista Político y Consultor en materia de seguridad democrática. Especialista en temas de gobernabilidad, particularmente el efecto del crimen organizado sobre las instituciones políticas. Liberal en lo ideológico, Institucionalista y Demócrata en lo político.

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David C. Martínez Amador

En los últimos dos días, las fotografías de diferentes naciones recibiendo las primeras dosis de vacunas Covid 19. Países con capacidad de gasto como Estados Unidos, Canadá o la misma Comunidad Europea han logrado asegurar un número considerable de vacunas para sus ciudadanos. Además, tienen la capacidad para trasladar y distribuir. Incluso países como México y Costa Rica ya recibieron en esta semana las primeras dosis, y comenzaron ya a vacunar a sus ciudadanos. Paralelamente, buena parte del mundo contempló imponer algún tipo de restricciones durante estos días de festividades para evitar la escalada de contagios.

Entonces, pregunto, si Costa Rica puede, ¿Que le impide a Guatemala? La economía costarricense no pasa por su mejor momento. La situación política ha sido una crisis de gobernabilidad sostenida, con expresiones muy violentas en el espacio público. El presidente Alvarado Quesada no goza de popularidad, y tampoco parece que goce del respeto de todos los actores políticos. Pero es un presidente responsable frente a la demanda de proteger la vida. Desde el miércoles 23 a la media noche se impusieron restricciones a la movilidad de personas y han recibido el primer envío de vacunas.

¿Y en Guatemala?

¿Qué se necesita para tomar en serio el contexto de la crisis?

La muertes por Covid19 duplican ya la tasa interanual de violencia homicida. Es decir, el virus mata más que la violencia homicida en un país anclado en una de las zonas más violentas del mundo. Mientras este número escala, los médicos – de nueva cuenta- dan ultimátum para recibir el miserable bono que les fue prometido. Mientras el sistema de salud de nuevo comienza a saturarse, la sociedad se encuentran ´en viva la flor´: Comercios a tope, aglomeraciones en espacios abiertos y cerrados así cómo reuniones sociales sin control alguno.

La administración del Presidente Giammattei de forma cínica apela a un argumento voluntarista para con una sociedad (como muchas latinoamericanas) donde tomar responsabilidad no es la regla ciudadana. En serio, ¿A una sociedad que se caracteriza por la defraudación fiscal, por el no uso de métodos anti-conceptivos, que no se caracteriza por la planeación familiar, con una nula cultura de prevención de enfermedades venéreas se le puede hablar en términos voluntaristas en plena pandemia?

Para eso existe el Estado y su poder coactivo. Porque si todo recae en un argumento voluntarista, el Estado no tiene razón de ser.

Habrá tiempo para discutir en profundidad si el modelo utilizado para hacer frente al Covid19 fue eficiente: Aprobar una deuda dinosaúrica sin capacidad para ejecutar (sumado a la escasa transparencia), priorizar donaciones en lugar de obligarse a ejecutar de forma efectiva, no poder ejecutar ´convenientemente´ los recursos asignados en salud (con las facilidades que daba el Estado Calamidad) mientras Comunicaciones y Covial hacían ´piñata´.

¿Cuál es el chiste que en Enero 2021 de nueva cuenta, sea necesario un confinamiento masivo que pudo haberse evitado limitando estratégicamente la movilidad de personas durante estas fechas festivas?

No era mucho pedir. Pero eso será el resultado de priorizar los negocios sobre la vida humana.

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