Ahora resulta importante las medidas de distanciamiento social y uso de mascarilla. Foto La Hora

Mientras expertos de la Organización Mundial de la Salud dicen que el confinamiento no debe ser el arma principal de los gobiernos para enfrentar el coronavirus, vemos que crece el número de países que se han visto obligados a adoptar medidas que restringen la movilidad y vuelven a afectar la economía. Ciudades como Madrid y Barcelona en España se unen a países como Irlanda del Norte, Holanda y la República Checa que han restringido varias actividades que ya habían vuelto a la normalidad debido a repuntes importantes en el nivel de contagios en lo que llaman la segunda ola. Israel decretó hace poco menos de un mes el confinamiento que está previsto para terminar dentro de tres días luego de la escalada en los casos y en Estados Unidos varios Estados que no habían presentado muchos contagios ahora están acumulando cifras sin precedentes pese a su relativamente escasa población.

El tema es que en el balance entre los frutos del confinamiento y los costos que ocasiona de todos modos se pierde. Pero lo más importante es entender que el curso de los contagios depende más del comportamiento de la gente que de la movilidad que se les permita. En efecto, en países asiáticos donde el uso de la mascarilla es absoluto, los repuntes han sido mucho menores y sobre todo si ocurre, como lo de la ciudad Qingdao en China, donde esta semana, tras detectarse 12 casos, se impuso la obligación a todos los 9 millones de habitantes de la ciudad a someterse a test, alertando a todo un ejército de rastreadores para contener el rebrote.

Imposible soñar siquiera con la capacidad de realizar tal cantidad de pruebas en un país como el nuestro, donde ni siquiera se pudo llegar al “mínimo” de cinco mil diarias que había planteado la Coprecovid. Ni siquiera Estados Unidos tiene esa capacidad para realizar masivamente pruebas frente a brotes que se puedan ir presentando.

Eso nos lleva a insistir en lo más obvio. La probabilidad de un agudo rebrote o de una segunda ola de contagios depende en mucho de la actitud que tengamos los ciudadanos y de nuestra propia responsabilidad para tomar precauciones relativamente sencillas que reducen la probabilidad de propagar los virus o de adquirirlos. A mayor apertura del ritmo económico y menor confinamiento, mucho mayor debe ser el cuidado que todos y cada uno de los ciudadanos adoptemos. Entendemos que el sentido del mensaje de la OMS está orientado básicamente a destacar la importancia de la responsabilidad individual y es algo que aquí hay que trabajar.

Redacción La Hora

post author
Artículo anteriorAmistad en dos polos opuestos
Artículo siguienteUn enorme tubo de lava de 50 metros de ancho localizado en Marte