Juan Antonio Mazariegos

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Abogado y Notario por la Universidad Rafael Landívar, posee una Maestría en Administración de Empresas (MBA) por la Pontificia Universidad Católica de Chile y un Postgrado en Derecho Penal por la Universidad del Istmo. Ha sido profesor universitario de la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar en donde ha impartido los cursos de Derecho Procesal Civil y Laboratorio de Derecho Procesal Civil. Ha sido y es fundador, accionista, directo y/o representante de diversas empresas mercantiles, así como Mandatario de diversas compañías nacionales y extranjeras. Es Fundador de la firma de Abogados Alegalis, con oficinas en Guatemala y Hong Kong, columnista del Diario La Hora y Maratonista.

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Juan Antonio Mazariegos

El Ministerio de Educación publicó esta semana en el Diario Oficial, los Acuerdos Ministeriales 2689-2020 y 2690-2020, mediante los cuales, en el primero modificó el calendario escolar para el año 2020 y en el segundo autorizó el proceso de evaluación, registro, promoción y certificación de los aprendizajes para el ciclo escolar 2020 del Sistema Educativo Nacional.

Como no podía ser de otra manera, la mayor crisis de salud que ha enfrentado la humanidad en los últimos 100 años, el Covid 19, pasó su factura también sobre la educación de nuestros estudiantes de preprimaria, primaria y educación media. De conformidad al primero de los Acuerdos Ministeriales relacionados, durante los últimos días del mes de octubre se dará el cierre del ciclo escolar para todos los centros educativos del país en sus distintas modalidades, plan diario o fin de semana. Sabemos, por distintas noticias de prensa, de la existencia de maestros, verdaderos héroes de la educación en nuestro país que ante la carencia de medios digitales o de comunicación masiva que permitieran la continuidad de la educación de nuestros menores, se lanzaron literalmente a la calle a mantener la opción del aprendizaje para miles de alumnos. De igual manera, tenemos conocimiento del esfuerzo de miles de estudiantes que de la forma que les permitieran sus posibilidades, continuaron con sus estudios y se prepararon de la mejor forma que pudieron para continuar aprendiendo. Sin duda, también se habrán dado escenarios diferentes, en los cuales, como en todos los ámbitos de la vida, no hubo héroes ni sacrificios y donde la educación quedó truncada para miles de estudiantes por unas u otras razones.

Desconozco el alcance de la huella que dejará la pandemia en la educación de nuestros estudiantes, eso solo se sabrá con el tiempo, sin duda el impacto será mayúsculo pues dentro del sector público de la educación, donde se concentran la mayoría de alumnos, el Ministerio y los establecimientos no contaban con los recursos y/o no estaban preparados para un cierre total como el que continúan padeciendo.

El año se concluirá virtualmente o a distancia, según la situación económica de cada establecimiento educativo y la voluntad de sus administradores. Las evaluaciones para la promoción de grado no será automática, más que en preprimaria, en donde se entiende la necesidad de mantener una uniformidad por motivos de edad. El resto de estudiantes deberán de alcanzar una nota promedio mínima de 60 puntos y considero que esta decisión del Ministerio es importante y debe ser apreciada, pues en varios momentos se habló de generar una promoción de grado automática para todos los niveles.

Si de algo podemos estar todos claros, es que la vida y el desarrollo de las personas en la misma, depende en alto grado de la educación que se vaya acumulando, podrá juzgarse y afirmar con toda razón que no estábamos preparados y que comprometimos la educación de miles de estudiantes, podrá considerarse que no es justo que aún en las circunstancias en las que se dio el año escolar, exista una evaluación. Al final, considero que resulta más valioso enfocarnos en que hacer para remediar el anacrónico sistema educativo que tenemos, para transformarlo en algo que se convierta en un legado para los Guatemaltecos.

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