Reactivarnos es importante, pero sacar lecciones de lo ocurrido es fundamental para eliminar barreras. Foto ilustrativa: una persona recibe un almuerzo de "La Olla Comunitaria", un apoyo a personas de escasos recursos que por varios meses proporcionó ese restaurante. Foto La Hora/AP

Ayer se anunció el nuevo plan de Reactivación Económica derivado de la crisis provocada por el cierre de la actividad económica tras el confinamiento dispuesto para asegurar el distanciamiento social. La propuesta se ve bien para estimular nuevamente la economía que sin duda ha sufrido seriamente. Hay que analizar una a una las partes del plan para entender su posible impacto y también la ruta que debiera seguirse para que se puedan concretar en políticas públicas que rindan el fruto propuesto.

Es importante, sin embargo, entender que estamos hablando de reactivar lo que teníamos, pasando por alto que también puede ser un momento para dar un golpe de timón que nos permita enderezar el rumbo anterior que no era precisamente el más indicado para promover un desarrollo humano equilibrado en el que se ofrezcan oportunidades para todos los habitantes del país. Cierto es que lo primero es generar actividad económica porque sin eso no se puede ni soñar con la menor probabilidad de cambio, pero es momento para que la sociedad también opine y exponga sus aspiraciones y necesidades, de manera que se pudiera integrar una nueva estrategia nacional que nos ofrezca la posibilidad de introducir nuevas acciones públicas y privadas que permitan ese necesario redireccionamiento.

Los evidentes rezagos en salud y educación, por ejemplo, se pusieron de relieve durante estos meses de pandemia porque por un lado estamos sufriendo los efectos del abandono de todo nuestro sistema de atención a los pacientes y por el otro hemos visto que los niños que dependen de las escuelas públicas han sufrido también importantes rezagos en su formación durante estos seis meses porque el aparato estatal no ha estado a la altura de las circunstancias y los niños, sin acceso al mundo virtual, tienen que depender de manuales que se les reparten (si bien les va) cada quince días y que tienen que ser implementados por padres de familia que no tienen siempre ni el tiempo ni la formación para convertirse en los supervisores de la formación académica de sus hijos.

Reactivarnos es importante, pero sacar lecciones de lo ocurrido es fundamental para reorientar la conducción del país hacia nuevos senderos en los que se vayan eliminando esas barreras y se puedan abrir brechas basadas en la necesidad de ofrecer más y mejores oportunidades para todos. No cuestionamos la importancia de la propuesta del Ministerio de Economía, pero creemos que la misma debe ser complementada con una especie de acuerdo nacional para asegurar que la reactivación no sea una simple vuelta al pasado sino una ventana hacia un futuro distinto.

Redacción La Hora

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