Evidentemente en el tema de comunicación sigue existiendo un problema serio porque los comentarios que hicieron analistas luego de haber escuchado al Presidente se centraron más en qué quiso decir que en lo que dijo. Foto La Hora/Presidencia

El Presidente ayer hizo su presentación de lo que será la nueva normalidad y expuso que la misma depende del comportamiento responsable de todos los ciudadanos, diciendo que si yo me cuido, protejo a los demás y que si los demás se cuidan me protegen a mí, expresión muy razonable que debiera ser la inspiración para alcanzar la nueva normalidad. Sin embargo es preciso decir que la frase se perdió porque el mensaje presidencial volvió a emitirse en un tono que dista mucho de ser motivador porque vuelve a sonar a un persistente regaño a la sociedad, especialmente porque es obvio que el Presidente resiente las críticas y eso le hace adoptar una actitud más de pleito que de conciliación.

Por más que vuelva a apelar a la idea de su toma de posición, preguntando qué pasaría si nos unimos, el modo de hacerlo no es invitador de esa unión porque, de entrada, cuando la gente está esperando cuáles serán las nuevas disposiciones que ya había adelantado creando gran expectativa, viene el regaño hasta con el rostro descompuesto. Estamos en realidad necesitados de unión pero eso depende en mucho de que todos nos sintamos identificados con lo que se propone como camino hacia la nueva normalidad.

Habló luego de los semáforos explicando que cada uno de los colores dependerá del número de casos por cada cien mil habitantes y del porcentaje de resultados positivos en las pruebas, lo que significa que para cada color habrá disposiciones aplicables específicamente a cada uno de los municipios. Pero pasó por alto explicar cómo es que harán las autoridades de Salud para realizar pruebas que, por Municipio, sean indicadoras de la marcha de la pandemia, puesto que desde hace mucho tiempo se viene hablando de la necesidad de incrementar los test sin que ello sea posible por una enorme gama de razones que van desde la incapacidad para adquirirlos hasta la que hay para procesarlos en más laboratorios.

Evidentemente en el tema de comunicación sigue existiendo un problema serio porque los comentarios que hicieron analistas luego de haber escuchado al Presidente se centraron más en qué quiso decir que en lo que dijo, lo que evidencia niveles de confusión respecto al contenido del mensaje que tiene mucho que ver con la forma en que se hace la presentación. Cada persona tiene su carácter y forma de hablar, pero aunque se hable tanto ahora de la inmunidad de rebaño, no hay que ver al pueblo como un rebaño al que hay que andar regañando a cada rato.

Redacción La Hora

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