Flaminio Bonilla Valdizón
En La Hora, siempre se ha actuado a la altura que las circunstancias reclaman y demandan. En momentos de trascendencia, en momentos de coyuntura o en situaciones de estructuración, el periodismo objetivo, responsable y valiente de este medio de comunicación y orientación, ha sido ejemplo del periodismo nacional, es la posición y el ejemplo de valor, coraje y dignidad de los Marroquines.
En estos cien años de batalla y brega valiente, vertical y objetiva dentro de la vida nacional, La Hora y los descendientes de ese ilustre patriota que fue don CLEMENTE MARROQUÍN ROJAS, deben sentirse sumamente orgullosos, con la frente muy en alto y la conciencia tranquila, porque han sabido hacer un periodismo realista, honesto, responsable, gallardo, equitativo y sobre todo recto, sin chaqueterismos serviles con el Mandatario de turno, los sobalevismos con los altos funcionarios, ni el pancismo con la corrupta clase política de esta Nación.
El 10 de mayo de 1883, fecha en que adquirió el World de New York, Joseph Pulitzer sabiamente dijo: «Somos una democracia, y solo existe un medio para sostener en pie una democracia en cuanto a su conducta individual, social, municipal, estadual y nacional, y es manteniendo al público informado de lo que sucede.» Y en La Hora se ha cumplido fielmente con este sabio consejo y ha hecho una forma de vida institucional el informar con seriedad, con objetividad y responsabilidad, señalando la deshonestidad, las cochinadas y la corrupción de algunos sistemas y de sus conductores y principales dirigentes. Es un diario dirigido a la gran masa de público y que ha combatido los intereses egoístas de las clases pudientes que le proporcionan la mayor parte de los ingresos a otros medios de comunicación. Ha sabido mantener la proporción en forma tal, que los anunciantes representan el mínimo del ingreso y con ello ha salvado su independencia y su honradez. Por ello ha sido “Tribuna y no Mostrador”, por ello La Hora ha sido “Trinchera del diarismo nacional”.
Por ello, ser periodista requiere ser honesto consigo mismo y con los demás, tener dignidad de conciencia, conducirse con la verdad, poseer capacidad de análisis y de brevedad y alcanzar la excelencia espiritual en su vida profesional. Un periodista debe ser íntegro y exacto, e informar al gran público con claridad y veracidad, desterrando el apasionamiento en la noticia, privando únicamente en ella, la objetividad.
Un periodista debe ser juicioso, analítico y certero en el comentario. La comunidad deposita su confianza en las opiniones de los hombres de prensa y por ello la tarea de los articulistas y comentaristas en los medios de prensa debe dirigirse a consignar sus impresiones, basándose en su mejor criterio y entendimiento, aún y cuando sus análisis y críticas no satisfagan a todos quienes les escuchan y leen. Porque entendamos que un medio de comunicación social no podría triunfar si presentase exclusivamente el material que a sus lectores les agrade y satisfaga, ya se trate de noticias, opiniones, críticas o la misma línea editorial.
En cuanto a la línea editorial de un medio de comunicación, la misma debe ser autónoma, juiciosa, justa y constructiva, que su política editorial sea total y completamente independiente de sus anunciantes, sin que el aspecto financiero influya de manera alguna en su libre actuar. Una línea editorial responsable y seria, abierta a todas las corrientes de pensamiento y acción y que propicie la confrontación dialéctica de ideas. Y los editoriales deben ser concisos, concretos, claros y muchas veces denunciativos. Decirse la verdad desnuda y total, utilizando la absoluta franqueza. Jamás deben ver la luz editoriales aguados, nacidos para quedar bien con todos. Debe utilizarse el esplendor de la verdad, el valor de la Justicia, el uso correcto de la Libertad, la concisión en el análisis y no la verborrea, la confusión y la parcialidad. Un Diario y cualesquiera medios de comunicación deben ser el reflejo de su comunidad y como tal constituirse en un testimonio para la historia, del acontecer positivo o negativo de esa colectividad social.
Todas las anteriores virtudes y cualidades de un periodista, de un columnista, de un diario o de un medio de comunicación social, se magnifican y alcanzan mayores estaturas, cuando la tarea de ser periodista debe desarrollarse en un país como el nuestro, en donde por décadas se nos negó la voz y la palabra. Se arremetió, atropelló y asesinó a muchos que con valor, patriotismo y entereza criticaron con energía y veracidad un sistema social y político totalmente discriminatorio, injusto e inhumano. Se persiguió y masacró a quienes no tuvieron miedo a los tiranos, porque en este País la utilización del recurso del miedo, del horror y del terror ha sido la única arma de los genocidas, los dictadores y sus testaferros, para tratar de acallar el pensamiento.
Este enaltecimiento de los 100 años entidad nacional e internacional de la prensa, resalta y reafirma su trayectoria de honestidad, valentía e independencia como ciudadano y como hombre de pluma, y ratifica su cuna como descendiente del más brillante y combativo periodista que seguramente ha tenido América, don CLEMENTE MARROQUÍN ROJAS, y le compromete a seguir luchando por la Verdad, la Libertad y la Justicia, rechazando sátrapas, traidores y dictadores.
Su fundador, de quien no me canso de expresar que probablemente ha sido el más combativo y polémico periodista que ha parido el continente americano, fue un hombre cabal a toda prueba, valiente, «atravesado» como buen jalapaneco, defensor tenaz del nacionalismo, un periodista crítico, brillante y luchador, un patriota de méritos incalculables, un ciudadano de trayectoria definido y determinado. En fin, un hombre de indomeñable espíritu. Por ellos los Marroquines: el fundador don Clemente Marroquín Rojas, don Oscar Marroquín Rojas; mi amigo y colega abogado Oscar Clemente Marroquín Godoy, su hijo Pedro Pablo Marroquín Pérez, y sus hijos: José
Carlos, María Gabriela y Juan Fernando y doña Marina Marroquín hija de don Clemente.
Por ultimo les pido que solo espero la benevolencia, para y más de otro Marroquines: mi entrañable camarada y compañero del Frente Estudiantil Social Cristiano (el FESC), Jesús “Chus” Marroquín Castañeda, (sobrino de don Clemente) asesinado el 17 de julio de 1980 por defender y asesorar a los Comuneros de Santa María Xalapán.
Por ello, creemos atinado cerrar esta columna de reconocimiento y homenaje, citando a E.W. Scripss, fundador de los diarios ScrippsHoward: «Un director sin miedo tiene en su Diario un arma más poderosa que cualquier revólver. Si posee valor y una conciencia limpia, puede desafiar sin peligro a cualquier hombre o grupo de hombres…»
Flaminio Bonilla Valdizón.
Guatemala, 19 de junio de 2020.