Walter Juárez Estrada
El guatemalteco ha sido solidario en los momentos difíciles. Debemos dejar por un lado las controversias políticas y luchar por nuestros hermanos que ex abruptamente los sorprendió la pandemia, que arrasó con familias que perdieron prematuramente al ser querido. La economía, el desempleo son factores que han hecho trizas a todos y en Guatemala, el gobierno accionó para menguar la crisis del virus, al conocer que un vecino de San Pedro Sacatepéquez, poblado cercano a la capital, que llegó del extranjero, había fallecido por el COVID-19.
La lucha para combatir la epidemia ha sido agresiva de acuerdo con las posibilidades económicas de cada gobierno. El presidente Giammattei, a mes y medio de asumir el poder, dejó por un lado el programa de gobierno y demandó del Congreso, la aprobación de acciones urgentes y la transferencia de partidas presupuestarias para la instalación de hospitales móviles. Debemos reconocer que epidemiólogos auxiliaron a infectados, coadyuvando paramédicos, bomberos, entidades de servicio y seguridad.
Se dictaron medidas restrictivas confinamiento para evitar que el coronavirus fuera menos dañino. Son varios los infectados, y otros han fallecido pese al esfuerzo médico y algunos se han recuperado. Las víctimas en Guatemala, son menores en comparación a países como Estados Unidos, España entre otros. Giammattei, dijo que no podía cerrar las fronteras para recibir a los connacionales expulsados por Trump, sin protocolos, que expandió la enfermedad en todo el territorio nacional, que obligo el encierro por algunos días a millones de guatemaltecos, decisión que afecto la economía en todos los órdenes. Las instituciones públicas, del sector privado, educativas, inclusive las superiores, tienen que reprogramarse para no perder el año lectivo.
Hacer un inventario de los millones perdidos en el mundo es aventurado. No se puede ser certero sobre el número de fallecidos y afectados. Podrían contabilizarse por millones. Cada gobierno ha hecho lo propio contra la pandemia, los guatemaltecos debemos acatar las decisiones gubernamentales. ¡Quedémonos en casa! es la consigna mundial, pero algunos no la han acatado.
Todos los sectores han sido afectados en su economía, el turismo entre otros. Algunos cuestionan al gobierno porqué reaccionó tardíamente en las medidas de emergencia. Debe comprenderse que en una crisis inesperada, se cometen errores, con un hecho que nadie esperaba. Las autoridades deben actuar con transparencia y evitar la corrupción que es un mal que no se erradica con facilidad. Compete a los diputados fiscalizar y a la Contraloría de Cuentas, denunciar a los mañosos de siempre, si detecta el mal uso de los millones aprobados; el sector privado echo mano a sus recursos, para auxiliar a los afectados y palear la crisis.
Habrá tranquilidad en el mundo cuando se descubra cómo puede combatirse el virus que ha dejado a millones en la lipidia y con un recuerdo imborrable al perder al ser querido, que sin quererlos se anticipó en el llamado camino sin retorno. Que descansen en paz…